3- PLATÓN
3-1- Vida Y obras
Platón nació en Atenas en el año 428-429 a. C. y su verdadero nombre era Aristocles, siendo Platón un sobrenombre añadido según algunos por su vigor físico, por la anchura de su frente o de sus hombros. Su padre descendía del rey Codro mientras que su madre pertenecían a la familia de Solón. Desde muy joven consideró como su ideal la vida política y esto influiría en su pensamiento. Aristóteles nos refiere que Platón fue primero discípulo de Crátilo, un discípulo de Heráclito después, sobre los 20 años tuvo su primer encuentro con Sócrates y hasta su muerte fue no sólo uno de sus discípulos sino también uno de sus amigos.
La intención inicial de Platón al frecuentar a Sócrates fue la misma que la de otros jóvenes, prepararse mejor para la vida política a través de la filosofía; más tarde los acontecimientos encaminaron en un sentido diferente la vida de Platón que convirtió la filosofía en objeto de su propia vida.
Platón tuvo un primer contacto con la política en el 404 a. C. cuando dos familiares suyos participaron en el gobierno de los 30 tiranos. Esto debió ser para Platón una experiencia desilusionadora ya que vio poner en práctica métodos brutales. La renovación de la democracia lo animó a la vida política pero al ver que esta democracia procesaba y condenaba a muerte a Sócrates comenzó a plantearse como sería posible mejorar la vida política o el Estado entero, aunque se convenció de que por el momento debía quedarse al margen de la política.
Tras la muerte de Sócrates se trasladó a Megara junto con algunos socráticos, posiblemente para evitar represalias. En el año 388 a. C. viajó a Italia donde entra en contacto con las comunidades pitagóricas. Durante este viaje fue llamado a Siracusa por el tirano Dionisio el viejo y Platón acudió porque esperaba inculcarle el ideal del rey filósofo, pero muy pronto chocaron sus ideas políticas e incluso fue vendido como esclavo. Tras su rescate regresó a Atenas donde fundó la “Academia”, una comunidad de libre educación en la que se impartían clases de diversas materias. Posteriormente volverá a viajar a Siracusa fallando de nuevo en sus intentos y después de estos viajes se instala definitivamente en Atenas donde se hace cargo de la Academia dedicándose a la enseñanza. Muere en el año 343 a. C. a los 86 años.
Los escritos de Platón están redactados casi todos en forma de diálogo, en un lenguaje didáctico en el que intercala con frecuencia ejemplos y mitos para explicar sus teorías principales. El mensaje central de la mayoría de los diálogos es Sócrates y en torno a él aparecen personajes de su tiempo como sofistas, filósofos, amigos, discípulos y parientes de Platón. Aunque cada uno de estos diálogos se centra en la investigación de un tema, normalmente una virtud o una Idea, en casi todos ellos aparecen los problemas centrales de su pensamiento.
En su obra se pueden diferencias tres periodos:
1. Período socrático: en este período escribe diálogos de forma dramática. Son los realizados desde la muerte de Sócrates hasta el primer viaje de Platón a Siracusa y en ellos se discuten distintos problemas pero en casi ninguno de ellos se llega a una solución. Tratan los mismos temas del maestro al que Platón trata de rehabilitar. Entre otros escribe “La apología de Sócrates”, “Lagues” (sobre la valentia), “Critón” (sobre la obediencia a las leyes), “Ión” y “Lisis” (sobre la amistad) y “Protágoras” (sobre la virtud y el saber).
2. Período de transición: va desde la fundación de la Academia hasta el segundo viaje a Siracusa. En esta época Platón rebasa los límites de las enseñanzas socráticas y comienza a elaborar sus propias teorías, “Hipias menor”, “Menexemo”,…
3. Período de madurez: en esta época permanece en Atenas dedicado a la dirección de la Academia y a profundizar en su propia filosofía. Redacta sus diálogos fundamentales donde la teoría de las ideas sirve de trasfondo a los demás temas. Elabora una teoría completa del Estado y Sócrates sigue siendo el interlocutor principal, pero es otro Sócrates, seguro de sí mismo y poseedor de la verdad. En estos diálogos se encuentran los principales mitos platónicos de esta época: “República”, “Banquete”, “Felón”, “Fedro”,…
4. Período de vejez: escribe diálogos críticos. En ellos el estilo se hace más seco y difícil, Sócrates deja de ser el personaje principal y parece que empieza a poner en duda la identificación político-filósofo y quiere determinar bien los conceptos. En esta época escribe “Parménides”, “Teeteto”, “Político”, “Timeo” o “Las Leyes”.
3-1-1- Significado del pensamiento de Platón e influencia de otros pensadores
Platón significa un cambio radical en la orientación de la filosofía. Los filósofos de la naturaleza habían tratado de explicar los fenómenos naturales buscando causas de tipo natural, agua, aire, tierra,… Platón profundiza en el problema y se pregunta si son estas las verdaderas causas o si la causa de los físico y natural, de los observado por nuestros sentidos no estará en algo que esté por encima de lo físico. A partir de estos planteamientos se puede deducir que Platón camina hacia el descubrimiento de la realidad suprasensible, es decir, una realidad superior a la de los seres físicos. Esto no había sido planteado por la filosofía anterior, por los filósofos de la naturaleza, aunque cuando Anaxágoras habla de una inteligencia ordenadora parece referirse a esta idea, pero no la desarrolló posteriormente.
Platón, a través de una imagen simbólica, pone de manifiesto cual es el propósito de su investigación filosófica cuando dice emprender lo que el llama “una segunda navegación”. En terminología marítima esta se ponía en práctica cuando al desaparecer el viento, no sirviendo las velas se usaban los remos. En la imagen platónica la primera navegación simboliza el recorrido que hicieron los presocráticos impulsados por el viento de la filosofía naturalista; la segunda navegación, en cambio, representa la aportación personal de Platón realizada gracias a sus propias fuerzas y abriendo una nueva ruta que conduce al descubrimiento de lo suprasensible. En la primera navegación se permanece vinculado a los sentidos, a los aspectos sensibles del mundo material, mientras que en la segunda Plantón intenta una radical liberación de los sentidos y un desplazamiento hacia lo que puede captarse con el intelecto y con la mente exclusivamente.
La investigación filosófica de Plantón conduce a reconocer la existencia de dos planos del ser, uno ed ellos material, visible y fenoménico y el otro invisible, inmaterial y metafenoménico; es decir, puramente inteligible. Para Platón la última realidad es el mundo de las Ideas, el mundo sensible es sólo una copia de este mundo superior.
Platón afirma que antes del mundo sensible existían desde la eternidad tres clases de entidades distintas:
· El mundo perfecto e inmutable de las ideas o formas subsistentes, lo que siempre es y nunca cambia. Debajo de ellas vivía el demiurgo, ser divino inferior a las ideas que vivía feliz contemplando la realidad inteligible de las ideas.
· Por otra parte existía también la materia, esencialmente mudable y en completo desorden; de ella se servía el demiurgo para ordenar el mundo.
· En medio de estas existía el espacio, amplio lugar vacío del que se servía el demiurgo para colocar y distribuir su obra según vaya modelando la masa material caótica conforme al modelo de las ideas y de los números ideales.
El demiurgo no crea en el sentido de sacar de la nada sino que introduce orden el el desorden caótico de los elementos materiales, de este modo el Caos se transforma en Cosmos. Todos los seres del mundo sensible son “imagen” y “participación” de las entidades pertenecientes al mundo ideal.
Hay que tener en cuenta que Platón fue un pensador dotado de una inmensa facultad asimiladora. Aristóteles señala en él tres influencias fundamentales: la de Heráclito, la de Sócrates y la de los pitagóricos. Platón explicó lo sensible según Heráclito, lo inteligible según Pitágoras y la política según Sócrates. Platón recibió su primera iniciación a la filosofía de Crátilo, discípulo de Heráclito, y esta influencia es visible cuando habla del mundo sensible como móvil, contingente imperfecto y caduco. De Sócrates recibió su interés por llegar al conocimiento de las esencias, su preocupación por hallar la razón de las cosas y su inclinación a los problemas morales y políticos. Del pitagorismo recibió elementos fundamentales como la inmortalidad del alma o la importancia de los números. Además en Platón se observa una profunda huella del eleatismo (seguidores de la filosofía de Parménides), visible en su teoría de las Ideas cuando habla del mundo inteligible como el mundo del ser, objeto de las verdad y la ciencia.
Pese a todas estas influencias, no podemos decir que la filosofía de Platón sea una simple mezcla de ellas, su personalidad intelectual le lleva a una sólida elevación que trata de dar respuesta al mundo del ser.
3-1-2- Conocimiento y realidad
A/ La teoría sobre la realidad
Para Platón el verdadero ser está constituido por la realidad inteligible. El mundo de las ideas es el eje central del desarrollo del pensamiento platónico. Las causas de naturaleza no física o realidades inteligibles fueron denominadas por Platón con el nombre de “Eidos” (idea o forma), estos no son simples conceptos, es decir, representaciones puramente mentales, sino que son el verdadero ser situado en un mundo superior al físico. Las ideas platónicas son la esencia de las cosas, es decir, lo que hace que cada cosa sea lo que es. Platón también utiliza el término “paradigma” para indicar que las ideas constituyen un modelo permanente de lo que debe ser cada cosa. De esta manera la realidad queda dividida en dos mundos contrapuestos, por una parte el mundo superior, invisible, eterno e inmutable de las ideas subsistentes y, por otra, el universo físico, visible, material y sujeto al cambio. Para comprender el papel de las ideas como valores absolutos Platón habla en el “Fedro” del lugar de las ideas y lo denominó lugar supraceleste situado sobre el cosmos físico, por ello las ideas no tienen nada que ver con lo físico y sólo son captadas por la parte más elevada del alma, por la inteligencia, siendo el objeto propio de la verdadera ciencia.
Platón mediante la teoría de las ideas pretende afirmar que lo sensible sólo se explica apelando a lo suprasensible, lo relativo a lo absoluto, lo móvil a lo inmóvil y lo corruptible a lo eterno. Pero ¿cuál es la estructura de esta realidad? El mundo de las ideas está constituido por una multiplicidad en la medida en que en él hay una idea de todas las cosas, de los valores éticos, de valores morales, de realidades corpóreas,… además, Platón concibe el mundo de las ideas como un sistema organizado y ordenado jerárquicamente en el que las ideas inferiores implican las superiores que van elevándose hasta llegar a la idea que se halla en el vértice de la jerarquía.
Hacer una referencia a los diálogos platónicos ayuda a descubrir cuales son las ideas, su naturaleza y jerarquía. En la República Platón delimita claramente la contraposición entre dos mundos, el ideal, que constituye el objeto de la ciencia suprema (la dialéctica) y el mundo físico, visible, envuelto en tinieblas. En este diálogo aparece una ordenación jerárquica que sitúa por encima de todas las ideas a la idea del bien (en otros diálogos la idea suprema es la justicia o lo Uno) que es la cumbre del ser y el término último de todo proceso intelectivo.
En general, a partir de las indicaciones e Aristóteles es posible comprender mejor cual fue la evolución de la teoría de las Ideas. En los primeros diálogos Platón se mantiene fiel a la orientación fundamental de la investigación socrática, buscar la definición de las virtudes, por tanto, la teoría aquí tiene una intención moral. Después, en los diálogos de madurez la intención de la teoría parece ampliarse porque junto a la intención moral hay una intención política, pues los gobernantes han de ser filósofos que se guíen no por su ambición política sino por ideales trascendentes y absolutos (ideas) y una intención científica pues el objeto de la ciencia sólo pueden ser la ideas. En los diálogos críticos, en sus últimos diálogos, Platón se ve obligado a hacer una revisión de la teoría de las ideas, quizás por sus propias dudas y las críticas de sus discípulos; los resultados no parecen ser muy satisfactorios por lo que en los últimos diálogos se encuentran sólo escasas referencias a esta teoría, finalmente la Academia deriva cada vez más hacia el pitagorismo.
La teoría platónica de las ideas es un principio dualista (dualismo cosmológico, hay dos mundos) pero también puede considerarse como una teoría pluralista (pluralismo ontológico, hay una multiplicidad de ideas y de cosas), y monista porque pretende una unificación de la realidad, es decir, que haya una sola idea para cada especia de cosas. Por lo tanto se enfrenta con el problema de lo Uno y de lo Múltiple y de ahí se derivan sus principales dificultades.
Además, hay que tener en cuenta que la teoría de las ideas plantea un grave problema, el e cómo es posible conocer las ideas si pertenecen a otro mundo distinto al mundo en que vivimos, esta posibilidad se basa en tres aspectos esenciales de la teoría de las ideas:
· Las cosas imitan o participan de las ideas.
· El alma es una realidad intermedia entre las cosas y las Ideas.
· Las Ideas están en comunicación entre sí.
Este será el fundamento de la teoría platónica del conocimiento.
B/ Teoría del conocimiento
Platón considera que el hombre, para llegar al conocimiento de los inteligible va a seguir distintos caminos. A lo largo de sus diálogos distingue tres caminos que llevan al conocimiento:
1- Reminiscencia o anamnesis
Este tema aparece por primera vez en el “Menón” donde todavía no se refiere a la teoría de las ideas. Este diálogo es una búsqueda inspirada en el método socrático de la definición de la virtud, es decir, del carácter común de todos los actos que podemos llamar virtuosos, pero toda búsqueda se encuentra con una dificultad ya formulada quizás por los sofistas y es que no se puede buscar lo que ya se conoce porque sería inútil ni lo que no se conoce, porque no sabríamos lo que estamos buscando ni si lo hemos encontrado. La respuesta platónica es que no buscamos lo que desconocemos sino que buscar es recordar las cosas que ya conocemos, conocer es recordar. Esta es la teoría de la reminiscencia que vuelve a aparecer como forma de reconocimiento de las ideas en el “Felón” y el “Fedro”. En estos se añaden dos precisiones importantes, la primera que el alma tuvo que conocer las ideas en una vida anterior separada del cuerpo y que ese conocimiento fue posible gracias a su afinidad con las ideas (“lo semejante conoce lo semejante”), la segunda que dado que las cosas imitan a las ideas, el conocimiento sensible sirve como ocasión para el recuerdo que sirve a su vez para reducir a la unidad de la Idea la multiplicidad de las sensaciones.
2- Dialéctica
La teoría de la reminiscencia desaparece de los diálogos platónicos posteriores, quizá fue abandonada por Plantón. Su atención se centró en la dialéctica. En los primeros diálogos la dialéctica se define como el método socrático de preguntas y respuestas, pero a partir de la República lo que Platón entiende por dialéctica es algo muy distinto.
En el libro VI de la república se describen los grados del conocimiento en relación con los grados del ser representándolos sobre una línea cortada en segmentos de tal manera que permita proporciones geométricas. Se distinguen dos formas generales de conocimiento: la opinión y la ciencia. Esto no es una novedad pues esta distinción se encontraba ya en Parménides por ejemplo; pero Platón va más allá, la opinión es el conocimiento sensible de las cosas del mundo visible, mundo de lo que se engendra y del devenir, la ciencia sólo puede tratar acerca del mundo inteligible de las ideas. Además Platón distingue distintos grados de conocimiento, la imaginación (grado inferior de conocimiento) se alimenta de los objetos sensibles percibidos por la creencia (segundo grado) y estudiados por la física (esta no fue considerada por Platón como verdadera ciencia, pues trata sobre objetos móviles), los dos últimos grados del conocimiento son la razón discursiva del matemático y la inteligencia propia del dialéctico. Según Platón hay una diferencia radical entre estos dos métodos, las matemáticas emplean un método discursivo descendente, parten de una hipótesis y deducen conclusiones a partir de imágenes visibles, por ejemplo, dibujos de figuras geométricas; en cambio la dialéctica emplea un método discursivo ascendente, parte de una idea y asciende hasta la idea suprema sin reducir a imágenes y después el dialéctico emprende el camino contrario, desciende de la idea suprema encadenando con ella las demás ideas.
El libro VII de la República comienza con el mito del a caverna que es una alegoría acerca de la educación del filósofo. Este mito cuenta la situación de unos hombres encadenados en una caverna donde sólo pueden ver las sombras que se reflejan en la pared pensando que esa es la verdadera realidad. El mito narra la posible liberación de las cadenas de uno de ellos y como este llega a salir al exterior y a contemplar las cosas bajo la luz del sol dándose cuenta de que esa es la verdadera realidad. Con este mito se explica cómo comprendía Platón la dialéctica, además, se entiende la educación como un aspecto a través de las diversas formas de conocimiento, en este sentido la física y las matemáticas tienen un carácter propedéutico (de camino para llega a…). En realidad, Platón no nos dice como se llega a conocer las ideas, sólo dice que el alma tiene capacidad para ello y que se trata de aprender a mirar en la buena dirección, en ese sentido el matemático está todavía atado a las imágenes sensibles, abandonarlas y entrar en el mundo de las ideas es tarea del dialéctico, es decir, del filósofo.
C/ El amor platónico
El amor platónico es también un proceso ascendente, una especie de dialéctica emocional. Platón le dedica dos diálogos: “El banquete” y “El fedro”. En el primero dice que si en la dialéctica la ascensión parece realizarse sólo desde las ideas inferiores hasta la idea suprema, en el amor se trata de una ascensión desde las cosas hasta la idea suprema. En el Fedro Platón afirma que el alma que ha caído a la Tierra lo ha olvidado todo pero viendo la belleza de este mundo y acordándose de la verdad “toma alas” y sea emprender el vuelo. Según Platón, la razón de este amor por las ideas es la afinidad del alma con ellas debido a su carácter intermedio.
3-1-3- La naturaleza del alma y su relación con el cuerpo
La concepción platónica del mundo es dualista (mundo de las ideas y mundo de las cosas sensibles), también su concepción del hombre es dualista (cuerpo-alma). Pero igual que el mundo de las ideas tiene prioridad sobre el mundo sensible el hombre tiene prioridad sobre el cuerpo hasta el punto de que Platón dice en alguna ocasión que el hombre es su alma y de que esta es considerada como una realidad intermedia entre los dos mundos. Por otro lado, el hombre crea en la Tierra su propio mundo, el Estado, y este posee una constitución semejante al alma humana.
Platón desarrolla su psicología con intenciones éticas, probando la necesidad de controlar las tendencias instintivas del cuerpo y asegurar una retribución futura al que practica la justicia (contra el inmoralismo de algunos sofistas) y también con intenciones epistemológicas, asegurar el conocimiento de las ideas.
A/ Naturaleza del alma
El alma es de naturaleza espiritual, inmaterial,, divina, eterna e inmortal. Procede del mundo inteligible y es principio de vida, es ella la que da vida al cuerpo por tanto, el alma es superior al cuerpo. La vida humana comienza cuando el alma cae al cuerpo transmitiéndole la vida.
Platón tuvo siempre el convencimiento de la inmortalidad del alma y de la existencia de otra vida después de la muerte, así va a proponer varias pruebas para demostrar la inmortalidad del alma, que según él mismo afirma, no son demostraciones vigorosas sino hipótesis o creencias bastante fundadas. En “El Felón” aborda este tema y da las siguientes demostraciones:
· Por la sucesión cíclica de las cosas contrarias: los contrarios se suceden alternativamente; por ejemplo, del frío se pasa al calor y como vida y muerte son cosas contrarias está claro que a la vida le sigue la muerte, por tanto, a la muerte debe sucederle la vida.
· Por la reminiscencia: para recordar es preciso haber aprendido antes lo que se recuerda. Como las cosas que conocemos no podemos haberlas aprendido después de nacer, debemos haberlas aprendido antes, luego el alma a preexistido al cuerpo y es natural que sobreviva después de la muerte, por tanto, es inmortal.
· Por la afinidad o semejanza con las ideas: el alma, aún cuando está unida al cuerpo tiende constantemente hacia las realidades superiores, invisibles, divinas e inmortales, es decir, al mundo de las ideas, esto es así porque ella pertenece a esa clase superior de seres, es semejante a las ideas y por tanto es como ellas, inmortal.
· Por la participación del alma en la idea de vida: si el alma participa en la idea de vida esa participación la excluye de la contraria que es la muerte, porque una cosa no puede participar a la vez de dos ideas contrarias entre sí. Por tanto el alma es inmortal.
· Por exigencia de la vida moral: no tendría sentido esforzarse por vivir moral y virtuosamente si al morir el hombre se disuelve en la nada, el mal y el bien quedarían sin premio ni castigo y esto sería injusto, por tanto, el que ha luchado por dominar sus pasiones como el que ha hecho el mal serían tratados igualmente, esto sería negar todo principio moral, por esto el alma es necesariamente inmortal.
En definitiva y como argumento central, Platón considera que si el alma humana es capaz de conocer las cosas inmutables y eternas tiene que poseer una naturaleza afín a estas cosas y ser también inmutable y eterna.
B/ Naturaleza del cuerpo y relación cuerpo-alma
El cuerpo es de naturaleza material, pertenece al mundo sensible, mortal y caduco, por este motivo Platón considera que el cuerpo es más bien la cárcel del alma, su expiación, porque es raíz de todo mal, amores alocados, pasiones, discordias e ignorancias. Esta concepción negativa del cuerpo es constante en todo el pensamiento platónico.
En el “Fedro” Platón explica la causa del descenso de las almas hasta el cuerpo, su vida inicial y las razones de su semejanza con lo divino a través de un mito. Originariamente el alma estaba cercana a los dioses y en compañía de estos vivía una vida divina. Platón describe de forma mística la cabalgata celeste de las almas en carros tirados por caballos alados que avanzan velozmente con movimiento circular por las esferas de los cielos precedida por los dioses, su meta consiste en llegar periódicamente junto a los dioses hasta la cumbre del cielo, el mundo de las ideas o llanura de la verdad. En el mito aparece el alma como un caro conducido por un auriga (conductor) y tirado por dos caballos que pertenecen a razas distintas, uno es bueno y otro es malo y por eso se hace difícil conducirlos y para las almas resulta difícil llegar a contemplar el ser, situarse en la llanura de la verdad, sobre todo por causa del caballo de raza malvada que tira para abajo. Ocurre por esto que algunas almas llegan al mundo de las ideas y siguen conviviendo con los dioses y otras chocan entre sí, se parten las alas, caen a la Tierra y se quedan encerradas en un cuerpo produciéndose la vida humana.
Platón establece una división tripartita del alma que expresa quizás los conflictos que el hombre experimenta en sí mismo. A veces parece que se trata de funciones distintas de una misma alma y otras que son tres almas distintas: el alma racional, el alma irascible y el alma concupiscible.
· Alma racional: viene representada en el mito por el conductor. Es la parte noble y elevada, su actitud principal es conocer intelectivamente, dirigir y guiar a las otras dos partes, conduce a las acciones superiores del hombre y es la que lleva al mundo de las ideas. Se localiza en el cerebro.
· Alma irascible: representada por el caballo bueno, simboliza el valor, la fortaleza y la voluntad, es decir, todas las tendencias o inclinaciones buenas del hombre, las pasiones nobles. Localizada en el pecho o tórax.
· Alma concupiscible: representada por el caballo malo. Simboliza los deseos o tendencias desordenadas, es decir, las pasiones sensibles descontroladas. De ella proceden todos los apetitos e instintos que arrastran al hombre hacia lo corpóreo. Situado en el estómago o abdomen.
Tanto en el Felón como en la República se insiste en la actividad purificadora que ha de realizar el alma para liberase de los material y llegar al conocimiento de lo inteligible, este proceso no es una contemplación estática sino un esfuerzo de búsqueda que trata de conseguir sabiduría y virtud.
Con respecto al destino de las almas después de la muerte, Platón es bastante complejo y lo explica con mitos. Platón afirma la teoría de la reencarnación, que el alma se reencarna de cuerpo en cuerpo. En el Felón dice que las almas que han vivido excesivamente atadas a las pasiones y goces carnales, al morir no logran separarse completamente de lo corpóreo, vagan errantes durante un tiempo hasta que se reencarnan en otro hombre o animal según haya sido la bajeza moral de su existencia anterior. Según la República, el premio o castigo después de haber vivido esta vida debe tener una duración limitada, puesto que una vida humana dura como máximo 100 años, considera que la vida ultraterrena debe durar 1000 años, transcurrido este ciclo el alma se vuelve a reencarnar.
La representación tripartita del alma nos presenta el problema de si esta es inmortal en sus tres partes; parece que la inmortalidad sólo afecta al alma racional, las otras dos desaparecen con el cuerpo.
3-1-4- Ética y Política
A/ Ética
La investigación sobre la ética que nos ofrece el pensamiento de Platón se centró en tres cuestiones fundamentales:
1. Aclarar aquello que constituye el sumo bien en el cual radica la felicidad a la que aspiran los hombres.
2. La naturaleza de la virtud como actividad propia del alma.
3. Las virtudes según el contexto de la composición tripartita del hombre.
Platón fundamenta toda su ética en la realidad del mundo de las ideas, estas son los verdaderos valores morales que determinan el sentido práctico de la conducta moral. En las ideas de justicia, bondad y sobre el bien se fundamenta la medida fundamental para diferenciar lo que es bueno de lo que es malo, superando el relativismo moral de los sofistas.
- El sumo bien: Platón excluye como sumo bien el puro placer sensible, porque es inestable e insuficiente, pero el hombre no es tampoco una inteligencia pura, es un compuesto de cuerpo y alma, por tanto, el sumo bien consistirá en una mezcla proporcionada de saber y placer, armonizada en una vida virtuosa.
- Naturaleza de la virtud: al sumo bien, en el cual consiste la felicidad del hombre se llega por la práctica de la virtud. Platón concibe la virtud como una actividad propia del alma. Los distintos criterios que utiliza para determinar la naturaleza de la virtud, considera:
- La virtud como armonía, la conducta humana virtuosa debe buscar esta armonía. Tanto la armonía individual como la social son una imitación de la armonía cósmica, regida por la ley de la razón.
- La virtud como salud del alma; del mismo modo que las virtudes del cuerpo son salud, fuerza y belleza, así las del alma deben proporcionar salud, fortaleza y belleza en la vida humana.
- La virtud como purificación; para Plantón el alma no pertenece a este mundo, la Tierra es un lugar de tránsito, por tanto, la función de la virtud consiste en reprimir las pasiones interiores y en purificar para ir desprendiendo el alma del cuerpo preparándola para el retorno al mundo de las Ideas.
- Clasificación de las virtudes; Platón las clasifica de acuerdo con el concepto de la composición tripartita del hombre, constituido por un cuerpo material y tres almas, en este sentido las virtudes son las siguientes:
- Alma racional …………………………. Prudencia o sabiduría
- Alma irracional ……………………….. Fortaleza o valor
- Alma concupiscible …………………… Templanza
- La Justicia: es una virtud que comprende todas las demás, tanto en el orden individual como en el social, tiene por objeto poner en orden y armonía al conjunto asignando a cada parte la función que le corresponde dentro de la realidad.
- Prudencia o sabiduría: es la virtud propia del alma racional, le corresponde poner orden en los pensamientos disponiendo el alma para huir del mundo de la apariencias y preparándola para llegar al mundo de las realidades superiores.
- Fortaleza o valor: a esta le corresponde regular las acciones del alma en las pasiones nobles y generosas, haciendo que el hombre se sobreponga a sufrimiento y al dolor por cumplir el deber.
- Templanza: implica serenidad, armonía, dominio de sí mismo. A ella le corresponde regular los actos del alma concupiscible poniendo orden, armonía y moderación en las actividades propias de la parte inferior del hombre.
B/ Política
Platón le concede una gran importancia a la política, prueba de ello son, no sólo los diálogos que le dedica “La República”, “Las Leyes” y “El Político”, sino que realizó numerosos esfuerzos prácticos por llevar a cabo el ideal político que tenía en mente.
El verdadero arte de la política es el que se cuida del alma y la convierte en lo más virtuosa posible, por eso es el arte del filósofo. Así, afirmará en la “República” que la verdadera filosofía coincide con la verdadera política sólo si el político se convierte en filósofo o si este se convierte en político, es decir, el estado auténticamente fundado sobre el supremo valor de la justicia y del bien.
No se puede perder de vista que las concepciones políticas de Platón deben entenderse dentro de su sentido histórico y, en particular dentro del modo de pensar griego que considera la filosofía como un conocimiento integral que da razón de todas las cosas, que ve una coincidencia entre individuo y ciudadano y que mantiene que la ciudad-estado es el horizonte de todos los valores morales y la única forma posible de sociedad. Sólo desde estos presupuestos se puede comprender la estructura de la “República” y el ideal de ciudad-estado que en ella se describe.
Para conocer mejor la teoría política de Platón se puede identificar tres aspectos fundamentales: la constitución de la ciudad, la educación y la justicia.
Los griegos conciben al hombre como un animal social, por ello consideran necesario que en la ciudad haya diferenciaciones en el trabajo. Según Platón deben existir tres estamentos fundamentales:
o Los campesinos, artesanos y comerciantes. Su función es satisfacer las necesidades materiales de todos los ciudadanos. En ellos predomina el alma concupiscible y son buenos cuando prevalece la templanza. Pueden tener bienes económicos y familia propia.
o Los guardianes o guerreros, que tiene como función la defensa de la ciudad. En ella predomina el alma irascible y su virtud debe ser la fortaleza, el valor, han de ser fieles, robustos, sobrios y hasta un poco filósofos. Han de vigilar los peligros del exterior y del interior y hay que darles una educación especial porque de ellos salen los destinados a gobernar.
o Los gobernantes. Su función es legislar y velar por el cumplimiento de las leyes, organizar la educación y administrar la ciudad. En ellos predomina el alma racional y su virtud es la sabiduría y la prudencia. Han de conocer la dialéctica, por ello los gobernantes han de ser filósofos. Tanto los guardianes como los gobernantes no tiene ni propiedad privada, ni familia propia.
Platón sistematizó en su “República” la diversidad de regímenes políticos conocidos en su tiempo que van degenerando desde los superiores hasta los inferiores. Son los siguientes:
1. Monarquía o Aristocracia
Es la forma ideal y perfecta de gobierno, el gobierno de los mejores, de los filósofos. El mando es ejercido por uno o varios hombres que gobiernan con sabiduría y prudencia, prevalece el alma racional y hay justicia, armonía y equilibrio. Para Platón es la única forma válida de gobierno porque son los filósofos y la justicia los que gobiernan el Estado hacia el bien común.
2. Timocracia o Timarquía
Es una forma degenerativa del gobierno anterior. La clase militar se hace con el poder y las riquezas y oprime a las clases inferiores. Estos gobernantes son hombres ambiciosos que anteponen el bien y el honor personal al bien de la comunidad. Aunque es injusto no es del todo malo.
3. La Oligarquía
Es una forma degenerada de la anterior. La ambición creciente de riqueza hace que esta se concentre en manos de una pequeña minoría, esto produce la división de la ciudad en dos clases antagónicas, la oligarquía que es un grupo reducido que tiene dinero y posesiones y una multitud de empobrecidos. Es una forma de gobierno injusta porque se imponen al pueblo que los odia y espera una ocasión para expulsarlos del poder mediante el temor.
4. La Democracia
Consecuencia de la anterior. El pueblo se apodera del poder y la libertad pronto se convierte en libertinaje y anarquía. Todos se consideran capaces de gobernar y como los cargos se eligen popularmente suelen acceder a ellos los menos preparados, los demagogos.
5. La Tiranía
Ante los excesos de libertad y la situación de anarquía algún demagogo favorito del pueblo y capaz de poner orden se hace con el poder, entonces se constituye en tirano suprimiendo por completo la libertad. Este es el reino más completo de la injusticia, donde impera el desorden, el grado más bajo donde puede llegar la degradación social de las formas de gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario