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jueves, 2 de diciembre de 2010

TRASCENDENCIA DE PLATÓN

(Sirve para completar la pregunta 4 del examen)


La filosofía de Platón representa la primera gran síntesis y culminación del esfuerzo especulativo griego. La noción de Idea, como expresión suprema del conocimiento intelectual de la realidad, y como prototipo de lo ideal, susceptible de ser puesto en práctica, culminarán los siglos de esfuerzos por encontrar la adecuada expresión pensante del mundo. Pero lo realmente importante es que el pensamiento platónico se plantea en el marco de la crisis de la ciudad-estado griega, de modo que su mayor interés estriba en incidir en el modo y consideración de los problemas de la convivencia humana. La política se constituye en la finalidad suprema del pensamiento filosófico, como suprema aspiración a formar hermosos y buenos ciudadanos, educados para la perfección recíproca de individuos y comunidades.

La trascendencia de la filosofía platónica se puede constatar ya de inmediato en la figura de Aristóteles. Este discípulo de Platón fue un platónico disidente, que rechazó importantes aspectos de la teoría de su maestro, como la teoría de las ideas y la identificación de los saberes teórico-práctico. Además, la diferencia entre Platón y Aristóteles no es sólo doctrinal, sino también de talante y estilo: Platón escribió diálogos, Aristóteles tratados dedicados a exponer sistemáticamente cada una de las ramas del saber.

Por otro lado, la influencia platónica se va a dejar ver también a través del neoplatonismo, y la influencia que tuvo en uno de los más importantes filósofos cristianos: San Agustín (posteriormente Santo Tomás hará una síntesis aristotelismo-platonismo). La orientación platónica, asumida en un principio por los pensadores cristianos, y que culminará en San Agustín, dominará ampliamente el panorama intelectual de Occidente hasta el S. XVIII.

Por tanto, la figura de Platón va a ser fundamental a lo largo de toda la Historia de la Filosofía. En el Medievo, en el Renacimiento, e incluso en la filosofía Moderna y Contemporánea, es notable la presencia de sus teorías. Tanto aceptándolas y adaptándolas a sus sistemas filosóficos, como ocurre con la filosofía cristiana, como oponiéndose a ella, como hace Nietzsche cuando afirma que la base filosófica de la moral contranatural es el platonismo; es necesario tener en cuenta la filosofía platónica si se quiere avanzar en el camino abierto por la filosofía.

CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y FILOSÓFICO

Este material ha sido extraido del I.E.S. Pintor Juan Lara (Puerto de Sta. María, Cádiz).



1. Contexto cultural
La filosofía nace en Grecia en torno al siglo VI a.C. favorecida por la peculiar concepción de la religiosidad griega donde no había libros sagrados, ni casta sacerdotal, ni dogmas de fe. Incluso dioses y hombres se encuentran sometidos a la moira (o destino) que “adjudica a cada uno su parte”, así a unos les toca ser dioses y a otros hombres.
Los dioses son seres con las mismas pasiones y deseos que los humanos, pero inmortales. Algunos son los olímpicos, ya que situaron su morada en el monte Olimpo: Zeus es el padre de todos ellos; Ares es dios de la guerra, hijo de Zeus; Afrodita es la diosa del amor... Otros no eran dioses del Olimpo pero jugaron un papel destacado en la religiosidad griega, como  Apolo, dios de las artes y máximo portador de los oráculos divinos; Dionisos, dios de la embriaguez, la sexualidad  y, en general, de todo lo pasional, o Hades, dios del mundo subterráneo donde moran las almas de los muertos.
La relación entre dioses y hombre se establecía a través de los oráculos, que tenían una finalidad adivinatoria o profética. Eran muy importantes en la vida pública, ya que determinadas actividades (guerras, viajes, etc.) no se realizaban sin antes consultar con el oráculo. De este modo, las prácticas religiosas estaban muy vinculadas a la vida pública (la plegaria, el sacrificio y la purificación) aunque coexistían con otro tipo de prácticas en las que únicamente podían participar los iniciados. Se las conocen como cultos mistéricos, porque los participantes tenían prohibido revelarlas bajo pena de muerte. El orfismo es un culto de tipo mistérico que pregona la inmortalidad y la transmigración de las almas, concibiendo el cuerpo como una especie de cárcel para el alma. Esto nos recuerda plenamente a Pitágoras y Platón en su teoría del alma.
En el mundo griego, la religión se identificaba con la mitología, cuya divulgación estuvo, sobre todo, en manos de los poetas. El mito es una narración en la que fenómenos naturales y sociales son explicados por la intervención caprichosa de los dioses y hombres heroicos. Lo que se narra en ellos no significa que algo concreto ocurrió y pasó, sino que el relato es vivido como atemporal, como algo que recrea algún aspecto de la naturaleza humana, y que como tal “ha sido, es y será”. El mito es un paradigma, un modelo de comportamiento ofrecido a los hombres.
            El poeta griego no se diferencia mucho del oráculo. Como él, es una especie de médium que conoce el destino. El mito pretende reflejar una situación intemporal, que forma parte del pasado, del presente y del futuro. Platón hace un uso frecuente de los mitos en sus escritos, pero su intención es más que nada didáctica, es decir, facilitarnos la comprensión.

2. Contexto histórico
En el siglo V a.C. la sociedad griega alcanza su apogeo y Atenas, vencedora de las guerras médicas, representa el esplendor cultural y político de la democracia (cosmopolita y comercial) que ha dejado atrás a la vieja sociedad aristocrática y agrícola.
            La  acrópolis de Atenas, que los persas destruyeron en el 482 a.C. fue reconstruida y engrandecida bajo el gobierno de Pericles (del 443 al 429). El arquitecto Ictinos y el escultor Fidias fueron los encargados de poner en práctica las obras durante diez años. Las esculturas del periodo clásico (s. V y IV a.C.) se caracterizan por las proporciones corporales perfectas, la idealización de las figuras, la serenidad y el equilibrio entre movimiento y estabilidad, (ejemplo: el discóbolo de Mirón). Más  adelante, debido a la popularización de esculturas para adornar viviendas privadas y a los cambios históricos, sociales y filosóficos que supone el Helenismo, se potencia mucho más la expresividad: el dolor, el desenfreno, la sensualidad, etc. (ejemplo: la Venus de Milo, Laocoonte).
También el siglo V a.C. representa en Atenas la culminación de la tragedia griega y del género histórico. La tragedia se originó en torno al culto a Dionisos, cuya evolución ya con Sófocles (496-406 a. C.) y Eurípides (480-400) adquiere la forma clásica de personajes y coro con que la conocemos hoy. Herodoto (484-420 a.C.) y Tucídides (460-400 a.C.) fundan el saber histórico como seña de identidad colectiva del pueblo.
            Platón nace en Atenas en el 427 a.C. en seno de la más alta aristocracia. Toma parte a los 18 años como soldado en la última etapa de la guerra del Peloponeso, que termina con la derrota de Atenas ante Esparta y la instauración del régimen oligárquico de los 30 tiranos. Así, al periodo de auge cultural, político y económico de la Atenas del siglo V a.C. sucede una época de crisis que concluirá con la pérdida definitiva de la hegemonía de Atenas al ser sometida la ciudad al imperio macedónico de Alejandro.
            Inclinado en un principio hacia la política, su amistad con Sócrates, a quien acompañó en los últimos años de la vida de éste, le hará orientarse definitivamente hacia la filosofía. Tras la muerte de Sócrates en 399 por la recién instaurada democracia ateniense, Platón decide refugiarse en Megara.
            Hacia 390 Platón visita las ciudades del sur de Italia, tomando allí contacto con el pitagorismo, y Sicilia, donde traba amistad con el joven Dion, cuñado del tirano de la ciudad, Dioniso I, a quien intentará influir en su gobierno. Con el fracaso de su primera aventura política, Platón regresa a Atenas (387) y abre una escuela, la Academia, donde se dedica durante veinte años a la enseñanza.
            Por dos veces más regresará de nuevo a Siracusa tentado por la oportunidad de realizar un gobierno de filósofos, hasta que el asesinato de Dion le hace renunciar definitivamente a la práctica política. A partir del 361 deja casi por completo la dirección de la Academia en manos de Heráclides de Ponto. Sus últimos años fueron dedicados a escribir, muriendo en el 347 a.C.

3. Contexto filosófico
            Al compás de su vida, la obra de Platón, casi toda ella en forma de "diálogos", se suele dividir en tres períodos:
            Diálogos socráticos: escritos entre la muerte de Sócrates y su primer viaje a Sicilia. Estos diálogos, auténticas obras literarias, expone sobre todo el pensamiento de Sócrates y contienen pocos elementos propiamente platónicos: Apología, Protágoras, Gorgias: (de transición).
            Diálogos doctrinales: escritos durante su etapa en la Academia, hasta su segundo viaje a Sicilia. Sócrates, que sigue siendo el personaje central del diálogo, expone una doctrina a base de preguntas y respuestas ilustrándola a menudo mediante mitos. En este período se muestra el pensamiento maduro de Platón, la teoría de las ideas: Menón, Banquete, Fedón, República, Fedro.
            Diálogos críticos: Platón somete a dura crítica todo su pensamiento, tanto su doctrina política como la teoría de las ideas y su cosmología: Parménides, Sofista, Político, Timeo, Leyes.
            El pensamiento de Platón es el intento de superar la escisión que en la tradición filosófica ha supuesto la sofística: el relativismo y escepticismo sofístico imposibilitan la búsqueda de la verdad y la ciencia y, por tanto, de la filosofía.
            Platón quiere encontrar algo permanente e inmutable que escape al carácter cambiante y múltiple de las cosas sensibles, sólo así podría sentarse un saber estable y duradero, la ciencia. La respuesta la encuentra en que, si bien las cosas sensibles nacen y mueren, cambian y se componen de múltiples partes, la especie de la cosa es permanente y es una y la misma en todas las cosas de la especie. Aunque un caballo muera, su esencia seguirá presente en otros caballos. A esto inmutable que está presente de algún modo en todas las cosas de la misma especie lo llama Platón idea, que quiere decir figura, lo visible. Naturalmente la idea no puede verse con los ojos del cuerpo sino con los del alma, con la inteligencia. De este modo, Platón entiende que la idea es fija, permanente, no cambia. Por el contrario, la cosa deviene, cambia, es y no es.
            Así Platón elabora su teoría de las ideas recogiendo toda la herencia de los primeros filósofos griegos y también de Sócrates. El inmovilismo del Ser de Parménides es tomado para construir un mundo de ideas permanente e inmutable, aunque múltiple, ya que son muchas las ideas que lo pueblan, a diferencia del Ser unitario parmenídeo. Del pitagorismo, tomará la inmortalidad del alma y el preludio matemático en el acercamiento a las ideas. El espíritu de Sócrates empapa toda la filosofía de Platón al concebir el conocimiento como conocimiento de lo universal, defender el intelectualismo moral y centrar su interés en cuestiones de tipo ético-político.
            Por otro lado, el mundo de las cosas sensibles recogerá los caracteres de movilidad, materialidad y relatividad propios de Heráclito, el atomismo y la sofística, respectivamente.
            La República es la obra fundamental del pensamiento platónico maduro en la que se encuentra la exposición más elaborada de la teoría de las ideas. El título de la obra traduce el término griego Politeía, esto es, que trata de los asuntos de la polis. En el diálogo se van desgranando los temas relativos la justicia, exponiendo cuáles son las clases sociales que componen la ciudad y cuáles las partes del alma humana, con sus correspondientes virtudes propias, resultando la justicia como armonía del conjunto social o individual. Especial atención se dedica a la educación del gobernante-filósofo y cómo éste mediante la dialéctica ha de alcanzar la idea del Bien. Siendo la mejor forma de gobierno el de los más sabios (aristocracia), cualquier otra ha de ser degeneración de aquella.

ARISTÓTELES

4- ARISTÓTELES

4-1- Vida (introducción)

Este discípulo de Platón y maestro de Alejandro Magno nació en Estagira (Tracia) en el año 384 a. C. A los 18 años viajó a Atenas para ingresar en la Academia platónica en la que permanece durante 20 años hasta la muerte de Platón. A partir de ésta se marcha de Atenas iniciándose en él un proceso de maduración intelectual y un alejamiento de la filosofía platónica. En el año 335 a. C. vuelve a Atenas y funda su propia escuela, el Liceo. Este segundo período de estancia en Atenas dedicado a la enseñanza y la investigación termina con la muerte de su discípulo. Entonces se marcha de Atenas y en el año 322 a. C. muere en la isla de Eubea a los 62 años.
Se conservan algunos fragmentos de sus escritos de juventud, diálogos de estilo y contenido platónico, así como un número considerable de tratados completos dedicados a cuestiones de lógica, filosofía de la naturaleza, biología, ética, política y metafísica.
Aristóteles fue un platónico disidente que rechazó importantes elementos de la filosofía de su maestro, como la teoría de las Ideas y la identificación de los saberes teórico y práctico. Pero las diferencias entre Platón y Aristóteles no son sólo doctrinales sino también de talante y estilo. Platón escribió diálogos en los que se abordaban muchos temas, Aristóteles escribió tratados sistemáticos dedicados a un tema determinado. En este sentido es más riguroso que Platón aunque sus tratados carecen de la belleza literaria de los diálogos platónicos. Uno y otro difieren también de manera sustancial en la orientación última de su pensamiento, Platón tenía mente de matemático mientras que su discípulo tenía mentalidad de físico o de biólogo.


4-2- Naturaleza y causalidad

A/ La naturaleza y las causas: la Física

El crecimiento de un árbol es un cambio natural, su destrucción por un rayo es un cambio violento, la construcción de una mesa con su madera es un cambio artístico o técnico. Los dos últimos cambios tienen en común el ser originados por un agente exterior al árbol, no son movimientos naturales, en cambio, el crecimiento del árbol tiene su origen en él mismo, es un cambio o movimiento natural. Aristóteles define la naturaleza como el principio interno de movimiento que se da en los seres naturales, estos poseen en sí mismos el origen de sus cambios o movimientos. Según Aristóteles todos los seres naturales tienden a actualizarse, a buscar la perfección que les es propia. Esta convicción fue elaborada por Aristóteles bajo la influencia de sus estudios biológicos. Los procesos biológicos parecen definidos por un plan, por una finalidad interna que los orienta y los dirige, por tanto, el modelo aristotélico de la naturaleza es un modelo teleológico. Aristóteles aunque abandonó la teoría de las Ideas nunca abandonó el espíritu del platonismo. Una vez negada la existencia de las ideas, el bien no podía entenderse como una realidad trascendente, existente en sí mima y fuera de las cosas, por tanto Aristóteles interpretó el bien como el cumplimiento de la tendencia que lleva a los seres a su propia perfección, por consiguiente en la teoría aristotélica la teleología es inmanente, es decir, el bien o fin al que tienden todos los seres naturales es interno a ellos mismo y no es otra cosa que su propia perfección.
Puesto que la naturaleza es principio interno de movimiento, a la ciencia que estudia los seres naturales le corresponde estudiar el movimiento, esta ciencia es la física. Para Aristóteles el movimiento es un hecho incuestionable mostrado por la experiencia, pero la tradición filosófica anterior quedó conmocionada por la argumentación de Parménides que afirmaba que era imposible afirmar racionalmente el movimiento ya que equivaldría al cambio de no ser a ser o viceversa. Aristóteles en “la física” mantiene que Parménides cometió un error al utilizar las nociones de no ser y de ser como si tuvieran un único sentido cuando en realidad hay dos sentidos en ellos. Según Aristóteles hay dos maneras de no ser algo: un no ser absoluto (ni se es, ni se puede llegar a ser) y un no ser relativo (no se es pero se puede llegar a ser). Ejemplo: una piedra no es ni puede llegar a ser un árbol, pero una semilla, no es un árbol, pero puede llegar a serlo. Según Aristóteles lo que no es pero puede ser se halla en potencia y aquello que es actualmente se encuentra en acto, Aristóteles define el movimiento como el paso de la potencia al acto.
Una vez garantizada la posibilidad del movimiento Aristóteles lo clasifica distinguiendo entre cambio sustancial, cuyo resultado es la generación de una sustancia nueva o la destrucción de una ya existente y cambio accidental en el que las sustancias sufren modificaciones accidentales que pueden ser de tres clases: cuantitativo, cualitativo o local.
En todo cambio hay siempre algo que permanece a través del cambio, algo que desaparece y algo que aparece en su lugar. Por ejemplo, supongamos agua que pasa del estado líquido al sólido al descender la temperatura, lo que permanece es el sujeto o sustrato, el agua, lo que desaparece es su estado líquido y lo que aparece en su lugar es su estado sólido.
Tratándose del movimiento o cambio accidental, lo que permanece a través del cambio no plantea problema alguno, son las sustancias naturales que sufren modificaciones no esenciales para adquirir cualidades que no poseían. El problema está en que permanece en los cambios sustanciales, donde se generan o destruyen sustancias. Según Aristóteles lo que permanece es lo que denomina materia última o materia primera que es indeterminada y porque no es en acto ningún ser particular puede ser en  potencia cualquier sustancia natural.
A partir de Parménides y a través de todos los intentos de los pluralistas para explicar el movimiento, había quedado claro que este sólo podía explicarse admitiendo algún tipo de realidad que permanezca a lo largo de todo el movimiento. Platón busca esta realidad permanente en las ideas y Aristóteles las sitúa en sustrato o materia última.

Aristóteles distingue cuatro causas de las sustancias naturales. Puesto que en la generación de las sustancias naturales la materia última adquiera una forma determinada, las sustancias naturales hay que entenderlas como compuestas de materia y forma.
La forma es la esencia, lo que hace que la materia sea una determinada sustancia y no otra, y es también en naturaleza de las sustancias, es decir, aquello que determina sus actividades específicas y propias.
Es fácil reconocer en las formas aristotélicas cierta herencia de las Ideas platónicas, pero Aristóteles consideraba que las Ideas no podían ser la esencia de las cosas porque se hallaba fuera de ellas y la esencia de algo ha de ser un principio intrínseco.
La teoría aristotélica según la cual las sustancias naturales son compuestas de materia y forma suele denominarse Hilemorfismo.
La materia y la forma son causas intrínsecas (que están dentro) de las sustancia naturales, a ellas Aristóteles añade como causas extrínsecas (fuera) la causa eficiente o agente productor del movimiento y la causa final a fin al que se orienta el movimiento o proceso. Aristóteles considera causas a todos los factores necesarios para explicar un proceso o movimiento, todos los elementos que podrían o deberían darse para responder a la pregunta ¿por qué? Según él, ningún proceso queda suficientemente explicado a no ser que se especifique el substrato o materia afectada, la forma que esta adquiere en este proceso, el agente que lo produce en su acción y el fin hacia el que el proceso se dirige. Por ejemplo, una escultura, la causa material sería el mármol, la causa formal una fuente, la causa eficiente sería el escultor y la causa final sería decorar una plaza.


B/ Las sustancias materiales y el alma

Para Aristóteles el alma es el principio vital, es la forma del cuerpo (que es material) y es acto, la actualización de un organismo, este es viviente en potencia, el alma actualiza esta potencialidad haciéndolo viviente, de hecho la unión alma-cuerpo no es para Aristóteles como para Platón una unión accidental o antinatural, sino que es una unión natural esencial, ya que el alma (forma) y el cuerpo (materia) constituyen juntos una única sustancia.

El problema de esta interpretación de la unión alma-cuerpo es la negación de la inmortalidad del alma individual, sin embargo, Aristóteles además del alma corruptible admite la presencia en el hombre de un entendimiento incorruptible, inmortal al que Aristóteles denominaba alma pero este entendimiento no es personal sino que es el mismo para toda la especia humana, sus escritos no permiten responder si se refiere a Dios como está presente este entendimiento en el hombre.


C/ De la Física a la Metafísica

Aristóteles afirma la primacía de la forma sobre la materia estableciendo además que por encima de las formas realizada en la materia existen formas inmateriales cuya instancia suprema es Dios. Así mismo afirma la primacía del acto sobre la potencia, llegando a afirmar una realidad que es acto pleno, sin potencia, es Dios, motor inmóvil del universo, principio de todo movimiento que a su vez no está sujeto a movimiento alguno. Con esto se llega a las fronteras de la física (ciencia que estudia las realidades dotadas de movimiento) para adentrarse en la metafísica (ciencia que estudia entidades inmateriales, inmóviles) y de la teología (ciencia que estudia la suprema realidad inmóvil, Dios).
Así como para Platón el conocimiento de la realidad culmina en la contemplación de la Idea suprema, para Aristóteles el conocimiento teórico culmina con la contemplación de la entidad suprema: Dios, principio del movimiento y del orden del universo. La ontología aristotélica establece una graduación de formas que culmina en la forma primera e inmaterial, Dios. De este modo la ontología converge con la Teología.



4-3- Virtud y Felicidad

A/ Virtud

El análisis de la virtud ocupa en Aristóteles la mayor parte de sus éticas que son “Ética a Eudemo”, “Ética a Nicómaco” y “Magna moral”.
El objetivo de la ética consiste en investigar cuales son el bien, la perfección y la felicidad que corresponden al hombre, con el fin de ajustar a ellos la orientación práctica de la conducta. Para Aristóteles es fundamental conocer la naturaleza de la virtud porque es la razón necesaria para llegar a conseguir la felicidad.
Aristóteles considera al hombre como un compuesto sustancial formado por dos principios distintos: cuerpo y materia y alma o forma. El hombre como compuesto es un sujeto de pasiones, potencias y hábitos. Las pasiones son aquellos movimientos del apetito sensitivo que llevan consigo placer o dolor, las potencias son aquello que hace al hombre capaz de experimentar las pasiones y los hábitos son cualidades adquiridas que ponen al sujeto en buena o mala disposición para sentirlas. Los vicios y las virtudes son hábitos, la virtud es un hábito bueno y el vicio es un hábito malo. En el compuesto humano el cuerpo no es sujeto de la virtud sino su soporte material, la virtud reside siempre en el alma que necesita conocimiento, deliberación y libertad para seguir la actividad humana a costa de esfuerzos que serán mayores o menores según las buenas o malas disposiciones naturales del sujeto.
Las características que Aristóteles propone para la virtud son las siguientes:

1º- La virtud es un hábito adquirido, el sujeto nace con ciertas disposiciones naturales pero para convertirlas en hábitos requiere un largo aprendizaje y a veces una fuerte lucha.
2º- La virtud es un hábito voluntario. Aristóteles considera que el acto moral se puede resumir en 5 momentos: la inteligencia conoce el bien, la voluntad intenta alcanzarlo, la deliberación elige medios adecuados para conseguirlo, la elección reflexiva opta por él y la decisión firme actúa poniéndolo en práctica; de este modo la virtud se convierte en una especia de costumbre o hábito.

Las virtudes morales se fundamentan en el justo término medio entre los extremos que significa el buen juicio del hombre que juzga y actúa de acuerdo con la recta razón y con la experiencia. El exceso y el defecto son propios del vicio, por ejemplo, el valor es el justo término medio entre la cobardía y la temeridad.
Aristóteles divide el alma en dos partes, una irracional que es el sujeto de las virtudes éticas o morales y otra racional en la cual se fundan las virtudes intelectuales.


B/ Felicidad

La Felicidad del hombre está totalmente relacionada con la ética que es considerada como una ciencia práctica que hace referencia a la conducta de los hombres y al fin que se proponen alcanzar, bien como individuos o bien como componentes de una sociedad política.
La ética de Aristóteles es esencialmente finalista. Toda acción humana está destinada a conseguir algún bien al que van unidos el placer y la felicidad, hay muchos bienes individuales que son dignos y aceptables como la virtud, el entendimiento, la belleza, la salud y el valor. Aristóteles afirma que tiene que haber un bien supremo suficiente por sí mismo para hacer feliz al hombre, según él, este debe dirigir y regular los actos del hombre y en esto consiste la vida virtuosa. Para Aristóteles el hombre alcanza la máxima felicidad cuando guiado por la inteligencia se eleva a la máxima contemplación de la realidad divina donde puede disfrutar del bien supremo.


4-4- El carácter comunitario del bien

Aristóteles además de las ciencias teóricas distingue las ciencias prácticas. A estas pertenece la ética que trata sobre la virtud y sobre como orientar la conducta para conseguir la perfección y la felicidad, y la política cuyo objetivo es el bien común y el buen gobierno de la ciudad.
Para Aristóteles el hombre es por naturaleza un animal político. En la naturaleza individual de cada hombre hay una tendencia innata a lograr su propia perfección en la cual consiste su bien y su felicidad, esta perfección no puede lograrla el individuo aislado, necesita de la agrupación con sus semejantes.

Comunidad política y el bien de la comunidad
Las diversas formas de agrupación natural que propone Aristóteles son:

* La familia. Es la unidad social básica que comprende al marido, mujer, hijos, esclavos. Es una asociación puramente natural.
* La aldea. Es una asociación que resulta de la agrupación de varias familias.
* La ciudad. Comunidad política que resulta de la agrupación de varias aldeas o de un número mayor de familias. La asociación suprema es la ciudad porque es la sociedad perfecta, independiente y autosuficiente.

La estructura de la comunidad política o social es un todo ordenado, entregado por partes heterogéneas. El hombre es un ser social y la forma más perfecta de sociedad es la ciudad, una comunidad política compuesta por hombres. Pero para formar una comunidad no basta la simple convivencia ni el compartir el mismo lugar, es necesario estar orientado a un fin determinado, el fin de la comunidad política es el bien y el bien supremo de la ciudad es la felicidad y se admite que vivir bien y obrar bien es lo mismo que ser feliz. Vivir bien para Aristóteles significa vivir conforme a la virtud cuya realización alcanza la felicidad; esta tarea constituye el bien individual y comunitario.

El bien común
En Aristóteles no existe una distinción clara entre el bien individual que propone como fin de la ética y el bien común que es el fin de la política. Aunque el bien comunitario de todos los ciudadanos Aristóteles no lo entiende nada más que para los ciudadanos libres, es decir, la vida perfecta, feliz y conforme a la virtud sólo es propia de guerreros, magistrados, sacerdotes,.. excluye a artesanos, mercaderes, labradores, esclavos, mujeres,… El bien común de la ciudad se convierte en realidad, en bien de una clase particular, por tanto es un ideal político, aristocrático y limitado.

Formas de gobierno
El Estado puede asumir diversas formas, es decir, distintas constituciones. La constitución es la estructura que ordena la ciudad, estableciendo su comportamiento. El gobierno puede ser ejercido por un solo hombre, por unos pocos o por muchos, dependiendo de que ejerzan el gobierno de acuerdo con el bien común o exclusivamente en su propio interés.
Distingue entre gobierno recto que es el que prima el bien común y en este diferencia entre el gobierno de uno sólo o monarquía, el de varios o aristocracia y la política o gobierno de la clase media que para Aristóteles es el mejor porque en el se da el justo término medio.
Si estas tres formas de gobierno pueden generar corrupción cuando priman los intereses individuales sobre el bien común, entonces la monarquía se transforma en tiranía, la aristocracia en oligarquía y la politeia en democracia. Para Aristóteles la ciudad perfecta deberá poseer determinadas cualidades que denomina “media humana”, así no debe estar demasiado poblada ni con poca gente y en su edad juvenil los ciudadanos serán guerreros, luego pasarán a ser consejeros y ya ancianos se convertirán en sacerdotes. De este modo se aprovechará en su parte media la prudencia y la fuerza; puesto que la felicidad del Estado depende de la felicidad de los ciudadanos, será necesario mediante la adecuada educación hacer a cada uno lo más virtuoso posible, hay que llevar a cabo el trabajo, hacer frente a la guerra y hacer las cosas necesarias y útiles, pero aún más se vuelve necesario vivir en paz, practicar el libre ocio y la contemplación, este es el ideal supremo que debe proponerse todo Estado.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

PLATÓN



3- PLATÓN

3-1- Vida Y obras

Platón nació en Atenas en el año 428-429 a. C. y su verdadero nombre era Aristocles, siendo Platón un sobrenombre añadido según algunos por su vigor físico, por la anchura de su frente o de sus hombros. Su padre descendía del rey Codro mientras que su madre pertenecían a la familia de Solón. Desde muy joven consideró como su ideal la vida política y esto influiría en su pensamiento. Aristóteles nos refiere que Platón fue primero discípulo de Crátilo, un discípulo de Heráclito después, sobre los 20 años tuvo su primer encuentro con Sócrates y hasta su muerte fue no sólo uno de sus discípulos sino también uno de sus amigos.
La intención inicial de Platón al frecuentar a Sócrates fue la misma que la de otros jóvenes, prepararse mejor para la vida política a través de la filosofía; más tarde los acontecimientos encaminaron en un sentido diferente la vida de Platón que convirtió la filosofía en objeto de su propia vida.
Platón tuvo un primer contacto con la política en el 404 a. C. cuando dos familiares suyos participaron en el gobierno de los 30 tiranos. Esto debió ser para Platón una experiencia desilusionadora ya que vio poner en práctica métodos brutales. La renovación de la democracia lo animó a la vida política pero al ver que esta democracia procesaba y condenaba a muerte a Sócrates comenzó a plantearse como sería posible mejorar la vida política o el Estado entero, aunque se convenció de que por el momento debía quedarse al margen de la política.

Tras la muerte de Sócrates se trasladó a Megara junto con algunos socráticos, posiblemente para evitar represalias. En el año 388 a. C. viajó a Italia donde entra en contacto con las comunidades pitagóricas. Durante este viaje fue llamado a Siracusa por el tirano Dionisio el viejo y Platón acudió porque esperaba inculcarle el ideal del rey filósofo, pero muy pronto chocaron sus ideas políticas e incluso fue vendido como esclavo. Tras su rescate regresó a Atenas donde fundó la “Academia”, una comunidad de libre educación en la que se impartían clases de diversas materias. Posteriormente volverá a viajar a Siracusa fallando de nuevo en sus intentos y después de estos viajes se instala definitivamente en Atenas donde se hace cargo de la Academia dedicándose a la enseñanza. Muere en el año 343 a. C. a los 86 años.
Los escritos de Platón están redactados casi todos en forma de diálogo, en un lenguaje didáctico en el que intercala con frecuencia ejemplos y mitos para explicar sus teorías principales. El mensaje central de la mayoría de los diálogos es Sócrates y en torno a él aparecen personajes de su tiempo como sofistas, filósofos, amigos, discípulos y parientes de Platón. Aunque cada uno de estos diálogos se centra en la investigación de un tema, normalmente una virtud o una Idea, en casi todos ellos aparecen los problemas centrales de su pensamiento.
En su obra se pueden diferencias tres periodos:

1.      Período socrático: en este período escribe diálogos de forma dramática. Son los realizados desde la muerte de Sócrates hasta el primer viaje de Platón a Siracusa y en ellos se discuten distintos problemas pero en casi ninguno de ellos se llega a una solución. Tratan los mismos temas del maestro al que Platón trata de rehabilitar. Entre otros escribe “La apología de Sócrates”, “Lagues” (sobre la valentia), “Critón” (sobre la obediencia a las leyes), “Ión” y “Lisis” (sobre la amistad) y “Protágoras” (sobre la virtud y el saber).
2.      Período de transición: va desde la fundación de la Academia hasta el segundo viaje a Siracusa. En esta época Platón rebasa los límites de las enseñanzas socráticas y comienza a elaborar sus propias teorías, “Hipias menor”, “Menexemo”,…
3.      Período de madurez: en esta época permanece en Atenas dedicado a la dirección de la Academia y a profundizar en su propia filosofía. Redacta sus diálogos fundamentales donde la teoría de las ideas sirve de trasfondo a los demás temas. Elabora una teoría completa del Estado y Sócrates sigue siendo el interlocutor principal, pero es otro Sócrates, seguro de sí mismo y poseedor de la verdad. En estos diálogos se encuentran los principales mitos platónicos de esta época: “República”, “Banquete”, “Felón”, “Fedro”,…
4.      Período de vejez: escribe diálogos críticos. En ellos el estilo se hace más seco y difícil, Sócrates deja de ser el personaje principal y parece que empieza a poner en duda la identificación político-filósofo y quiere determinar bien los conceptos. En esta época escribe “Parménides”, “Teeteto”, “Político”, “Timeo” o “Las Leyes”.


3-1-1- Significado del pensamiento de Platón e influencia de otros pensadores

Platón significa un cambio radical en la orientación de la filosofía. Los filósofos de la naturaleza habían tratado de explicar los fenómenos naturales buscando causas de tipo natural, agua, aire, tierra,… Platón profundiza en el problema y se pregunta si son estas las verdaderas causas o si la causa de los físico y natural, de los observado por nuestros sentidos no estará en algo que esté por encima de lo físico. A partir de estos planteamientos se puede deducir que Platón camina hacia el descubrimiento de la realidad suprasensible, es decir, una realidad superior a la de los seres físicos. Esto no había sido planteado por la filosofía anterior, por los filósofos de la naturaleza, aunque cuando Anaxágoras habla de una inteligencia ordenadora parece referirse a esta idea, pero no la desarrolló posteriormente.

Platón, a través de una imagen simbólica, pone de manifiesto cual es el propósito de su investigación filosófica cuando dice emprender lo que el llama “una segunda navegación”. En terminología marítima esta se ponía en práctica cuando al desaparecer el viento, no sirviendo las velas se usaban los remos. En la imagen platónica la primera navegación simboliza el recorrido que hicieron los presocráticos impulsados por el viento de la filosofía naturalista; la segunda navegación, en cambio, representa la aportación personal de Platón realizada gracias a sus propias fuerzas y abriendo una nueva ruta que conduce al descubrimiento de lo suprasensible. En la primera navegación se permanece vinculado a los sentidos, a los aspectos sensibles del mundo material, mientras que en la segunda Plantón intenta una radical liberación de los sentidos y un desplazamiento hacia lo que puede captarse con el intelecto y con la mente exclusivamente.

La investigación filosófica de Plantón conduce a reconocer la existencia de dos planos del ser, uno ed ellos material, visible y fenoménico y el otro invisible, inmaterial y metafenoménico; es decir, puramente inteligible. Para Platón la última realidad es el mundo de las Ideas, el mundo sensible es sólo una copia de este mundo superior.

Platón afirma que antes del mundo sensible existían desde la eternidad tres clases de entidades distintas:
·        El mundo perfecto e inmutable de las ideas o formas subsistentes, lo que siempre es y nunca cambia. Debajo de ellas vivía el demiurgo, ser divino inferior a las ideas que vivía feliz contemplando la realidad inteligible de las ideas.
·        Por otra parte existía también la materia, esencialmente mudable y en completo desorden; de ella se servía el demiurgo para ordenar el mundo.
·        En medio de estas existía el espacio, amplio lugar vacío del que se servía el demiurgo para colocar y distribuir su obra según vaya modelando la masa material caótica conforme al modelo de las ideas y de los números ideales.

El demiurgo no crea en el sentido de sacar de la nada sino que introduce orden el el desorden caótico de los elementos materiales, de este modo el Caos se transforma en Cosmos. Todos los seres del mundo sensible son “imagen” y “participación” de las entidades pertenecientes al mundo ideal.

Hay que tener en cuenta que Platón fue un pensador dotado de una inmensa facultad asimiladora. Aristóteles señala en él tres influencias fundamentales: la de Heráclito, la de Sócrates y la de los pitagóricos. Platón explicó lo sensible según Heráclito, lo inteligible según Pitágoras y la política según Sócrates. Platón recibió su primera iniciación a la filosofía de Crátilo, discípulo de Heráclito, y esta influencia es visible cuando habla del mundo sensible como móvil, contingente imperfecto y caduco. De Sócrates recibió su interés por llegar al conocimiento de las esencias, su preocupación por hallar la razón de las cosas y su inclinación a los problemas morales y políticos. Del pitagorismo recibió elementos fundamentales como la inmortalidad del alma o la importancia de los números. Además en Platón se observa una profunda huella del eleatismo (seguidores de la filosofía de Parménides), visible en su teoría de las Ideas cuando habla del mundo inteligible como el mundo del ser, objeto de las verdad y la ciencia.

Pese a todas estas influencias, no podemos decir que la filosofía de Platón sea una simple mezcla de ellas, su personalidad intelectual le lleva a una sólida elevación que trata de dar respuesta al mundo del ser.



3-1-2- Conocimiento y realidad

A/ La teoría sobre la realidad

Para Platón el verdadero ser está constituido por la realidad inteligible. El mundo de las ideas es el eje central del desarrollo del pensamiento platónico. Las causas de naturaleza no física o realidades inteligibles fueron denominadas por Platón con el nombre de “Eidos” (idea o forma), estos no son simples conceptos, es decir, representaciones puramente mentales, sino que son el verdadero ser situado en un mundo superior al físico. Las ideas platónicas son la esencia de las cosas, es decir, lo que hace que cada cosa sea lo que es. Platón también utiliza el término “paradigma” para indicar que las ideas constituyen un modelo permanente de lo que debe ser cada cosa. De esta manera la realidad queda dividida en dos mundos contrapuestos, por una parte el mundo superior, invisible, eterno e inmutable de las ideas subsistentes y, por otra, el universo físico, visible, material y sujeto al cambio. Para comprender el papel de las ideas como valores absolutos Platón habla en el “Fedro” del lugar de las ideas y lo denominó lugar supraceleste situado sobre el cosmos físico, por ello las ideas no tienen nada que ver con lo físico y sólo son captadas por la parte más elevada del alma, por la inteligencia, siendo el objeto propio de la verdadera ciencia.

Platón mediante la teoría de las ideas pretende afirmar que lo sensible sólo se explica apelando a lo suprasensible, lo relativo a lo absoluto, lo móvil a lo inmóvil y lo corruptible a lo eterno. Pero ¿cuál es la estructura de esta realidad? El mundo de las ideas está constituido por una multiplicidad en la medida en que en él hay una idea de todas las cosas, de los valores éticos, de valores morales, de realidades corpóreas,… además, Platón concibe el mundo de las ideas como un sistema organizado y ordenado jerárquicamente en el que las ideas inferiores implican las superiores que van elevándose hasta llegar a la idea que se halla en el vértice de la jerarquía.
Hacer una referencia a los diálogos platónicos ayuda a descubrir cuales son las ideas, su naturaleza y jerarquía. En la República Platón delimita claramente la contraposición entre dos mundos, el ideal, que constituye el objeto de la ciencia suprema (la dialéctica) y el mundo físico, visible, envuelto en tinieblas. En este diálogo aparece una ordenación jerárquica que sitúa por encima de todas las ideas a la idea del bien (en otros diálogos la idea suprema es la justicia o lo Uno) que es la cumbre del ser y el término último de todo proceso intelectivo.

En general, a partir de las indicaciones e Aristóteles es posible comprender mejor cual fue la evolución de la teoría de las Ideas. En los primeros diálogos Platón se mantiene fiel a la orientación fundamental de la investigación socrática, buscar la definición de las virtudes, por tanto, la teoría aquí tiene una intención moral. Después, en los diálogos de madurez la intención de la teoría parece ampliarse porque junto a la intención moral hay una intención política, pues los gobernantes han de ser filósofos que se guíen no por su ambición política sino por ideales trascendentes y absolutos (ideas) y una intención científica pues el objeto de la ciencia sólo pueden ser la ideas. En los diálogos críticos, en sus últimos diálogos, Platón se ve obligado a hacer una revisión de la teoría de las ideas, quizás por sus propias dudas y las críticas de sus discípulos; los resultados no parecen ser muy satisfactorios por lo que en los últimos diálogos se encuentran sólo escasas referencias a esta teoría, finalmente la Academia deriva cada vez más hacia el pitagorismo.

La teoría platónica de las ideas es un principio dualista (dualismo cosmológico, hay dos mundos) pero también puede considerarse como una teoría pluralista (pluralismo ontológico, hay una multiplicidad de ideas y de cosas), y monista porque pretende una unificación de la realidad, es decir, que haya una sola idea para cada especia de cosas. Por lo tanto se enfrenta con el problema de lo Uno y de lo Múltiple y de ahí se derivan sus principales dificultades.

Además, hay que tener en cuenta que la teoría de las ideas plantea un grave problema, el e cómo es posible conocer las ideas si pertenecen a otro mundo distinto al mundo en que vivimos, esta posibilidad se basa en tres aspectos esenciales de la teoría de las ideas:

·        Las cosas imitan o participan de las ideas.
·        El alma es una realidad intermedia entre las cosas y las Ideas.
·        Las Ideas están en comunicación entre sí.

Este será el fundamento de la teoría platónica del conocimiento.


B/ Teoría del conocimiento

Platón considera que el hombre, para llegar al conocimiento de los inteligible va a seguir distintos caminos. A lo largo de sus diálogos distingue tres caminos que llevan al conocimiento:

1- Reminiscencia o anamnesis

Este tema aparece por primera vez en el “Menón” donde todavía no se refiere a la teoría de las ideas. Este diálogo es una búsqueda inspirada en el método socrático de la definición de la virtud, es decir, del carácter común de todos los actos que podemos llamar virtuosos, pero toda búsqueda se encuentra con una dificultad ya formulada quizás por los sofistas y es que no se puede buscar lo que ya se conoce porque sería inútil ni lo que no se conoce, porque no sabríamos lo que estamos buscando ni si lo hemos encontrado. La respuesta platónica es que no buscamos lo que desconocemos sino que buscar es recordar las cosas que ya conocemos, conocer es recordar. Esta es la teoría de la reminiscencia que vuelve a aparecer como forma de reconocimiento de las ideas en el “Felón” y el “Fedro”. En estos se añaden dos precisiones importantes, la primera que el alma tuvo que conocer las ideas en una vida anterior separada del cuerpo y que ese conocimiento fue posible gracias a su afinidad con las ideas (“lo semejante conoce lo semejante”), la segunda que dado que las cosas imitan a las ideas, el conocimiento sensible sirve como ocasión para el recuerdo que sirve a su vez para reducir a la unidad de la Idea la multiplicidad de las sensaciones.

2- Dialéctica

La teoría de la reminiscencia desaparece de los diálogos platónicos posteriores, quizá fue abandonada por Plantón. Su atención se centró en la dialéctica. En los primeros diálogos la dialéctica se define como el método socrático de preguntas y respuestas, pero a partir de la República lo que Platón entiende por dialéctica es algo muy distinto.
En el libro VI de la república se describen los grados del conocimiento en relación con los grados del ser representándolos sobre una línea cortada en segmentos de tal manera que permita proporciones geométricas. Se distinguen dos formas generales de conocimiento: la opinión y la ciencia. Esto no es una novedad pues esta distinción se encontraba ya en Parménides por ejemplo; pero Platón va más allá, la opinión es el conocimiento sensible de las cosas del mundo visible, mundo de lo que se engendra y del devenir, la ciencia sólo puede tratar acerca del mundo inteligible de las ideas. Además Platón distingue distintos grados de conocimiento, la imaginación (grado inferior de conocimiento) se alimenta de los objetos sensibles percibidos por la creencia (segundo grado) y estudiados por la física (esta no fue considerada por Platón como verdadera ciencia, pues trata sobre objetos móviles), los dos últimos grados del conocimiento son la razón discursiva del matemático y la inteligencia propia del dialéctico. Según Platón hay una diferencia radical entre estos dos métodos, las matemáticas emplean un método discursivo descendente, parten de una hipótesis y deducen conclusiones a partir de imágenes visibles, por ejemplo, dibujos de figuras geométricas; en cambio la dialéctica emplea un método discursivo ascendente, parte de una idea y asciende hasta la idea suprema sin reducir a imágenes y después el dialéctico emprende el camino contrario, desciende de la idea suprema encadenando con ella las demás ideas.

El libro VII de la República comienza con el mito del a caverna que es una alegoría acerca de la educación del filósofo. Este mito cuenta la situación de unos hombres encadenados en una caverna donde sólo pueden ver las sombras que se reflejan en la pared pensando que esa es la verdadera realidad. El mito narra la posible liberación de las cadenas de uno de ellos y como este llega a salir al exterior y a contemplar las cosas bajo la luz del sol dándose cuenta de que esa es la verdadera realidad. Con este mito se explica cómo comprendía Platón la dialéctica, además, se entiende la educación como un aspecto a través de las diversas formas de conocimiento, en este sentido la física y las matemáticas tienen un carácter propedéutico (de camino para llega a…). En realidad, Platón no nos dice como se llega a conocer las ideas, sólo dice que el alma tiene capacidad para ello y que se trata de aprender a mirar en la buena dirección, en ese sentido el matemático está todavía atado a las imágenes sensibles, abandonarlas y entrar en el mundo de las ideas es tarea del dialéctico, es decir, del filósofo.

C/ El amor platónico

El amor platónico es también un proceso ascendente, una especie de dialéctica emocional. Platón le dedica dos diálogos: “El banquete” y “El fedro”. En el primero dice que si en la dialéctica la ascensión parece realizarse sólo desde las ideas inferiores hasta la idea suprema, en el amor se trata de una ascensión desde las cosas hasta la idea suprema. En el Fedro Platón afirma que el alma que ha caído a la Tierra lo ha olvidado todo pero viendo la belleza de este mundo y acordándose de la verdad “toma alas” y sea emprender el vuelo. Según Platón, la razón de este amor por las ideas es la afinidad del alma con ellas debido a su carácter intermedio.


3-1-3- La naturaleza del alma y su relación con el cuerpo

La concepción platónica del mundo es dualista (mundo de las ideas y mundo de las cosas sensibles), también su concepción del hombre es dualista (cuerpo-alma). Pero igual que el mundo de las ideas tiene prioridad sobre el mundo sensible el hombre tiene prioridad sobre el cuerpo hasta el punto de que Platón dice en alguna ocasión que el hombre es su alma y de que esta es considerada como una realidad intermedia entre los dos mundos. Por otro lado, el hombre crea en la Tierra su propio mundo, el Estado, y este posee una constitución semejante al alma humana.
Platón desarrolla su psicología con intenciones éticas, probando la necesidad de controlar las tendencias instintivas del cuerpo y asegurar una retribución futura al que practica la justicia (contra el inmoralismo de algunos sofistas) y también con intenciones epistemológicas, asegurar el conocimiento de las ideas.

A/ Naturaleza del alma

El alma es de naturaleza espiritual, inmaterial,, divina, eterna e inmortal. Procede del mundo inteligible y es principio de vida, es ella la que da vida al cuerpo por tanto, el alma es superior al cuerpo. La vida humana comienza cuando el alma cae al cuerpo transmitiéndole la vida.
Platón tuvo siempre el convencimiento de la inmortalidad del alma y de la existencia de otra vida después de la muerte, así va a proponer varias pruebas para demostrar la inmortalidad del alma, que según él mismo afirma, no son demostraciones vigorosas sino hipótesis o creencias bastante fundadas. En “El Felón” aborda este tema y da las siguientes demostraciones:

·        Por la sucesión cíclica de las cosas contrarias: los contrarios se suceden alternativamente; por ejemplo, del frío se pasa al calor y como vida y muerte son cosas contrarias está claro que a la vida le sigue la muerte, por tanto, a la muerte debe sucederle la vida.
·        Por la reminiscencia: para recordar es preciso haber aprendido antes lo que se recuerda. Como las cosas que conocemos no podemos haberlas aprendido después de nacer, debemos haberlas aprendido antes, luego el alma a preexistido al cuerpo y es natural que sobreviva después de la muerte, por tanto, es inmortal.
·        Por la afinidad o semejanza con las ideas: el alma, aún cuando está unida al cuerpo tiende constantemente hacia las realidades superiores, invisibles, divinas e inmortales, es decir, al mundo de las ideas, esto es así porque ella pertenece a esa clase superior de seres, es semejante a las ideas y por tanto es como ellas, inmortal.
·        Por la participación del alma en la idea de vida: si el alma participa en la idea de vida esa participación la excluye de la contraria que es la muerte, porque una cosa no puede participar a la vez de dos ideas contrarias entre sí. Por tanto el alma es inmortal.
·        Por exigencia de la vida moral: no tendría sentido esforzarse por vivir moral y virtuosamente si al morir el hombre se disuelve en la nada, el mal y el bien quedarían sin premio ni castigo y esto sería injusto, por tanto, el que ha luchado por dominar sus pasiones como el que ha hecho el mal serían tratados igualmente, esto sería negar todo principio moral, por esto el alma es necesariamente inmortal.

En definitiva y como argumento central, Platón considera que si el alma humana es capaz de conocer las cosas inmutables y eternas tiene que poseer una naturaleza afín a estas cosas y ser también inmutable y eterna.


B/ Naturaleza del cuerpo y relación cuerpo-alma

El cuerpo es de naturaleza material, pertenece al mundo sensible, mortal y caduco, por este motivo Platón considera que el cuerpo es más bien la cárcel del alma, su expiación, porque es raíz de todo mal, amores alocados, pasiones, discordias e ignorancias. Esta concepción negativa del cuerpo es constante en todo el pensamiento platónico.
En el “Fedro” Platón explica la causa del descenso de las almas hasta el cuerpo, su vida inicial y las razones de su semejanza con lo divino a través de un mito. Originariamente el alma estaba cercana a los dioses y en compañía de estos vivía una vida divina. Platón describe de forma mística la cabalgata celeste de las almas en carros tirados por caballos alados que avanzan velozmente con movimiento circular por las esferas de los cielos precedida por los dioses, su meta consiste en llegar periódicamente junto a los dioses hasta la cumbre del cielo, el mundo de las ideas o llanura de la verdad. En el mito aparece el alma como un caro conducido por un auriga (conductor) y tirado por dos caballos que pertenecen a razas distintas, uno es bueno y otro es malo y por eso se hace difícil conducirlos y para las almas resulta difícil llegar a contemplar el ser, situarse en la llanura de la verdad, sobre todo por causa del caballo de raza malvada que tira para abajo. Ocurre por esto que algunas almas llegan al mundo de las ideas y siguen conviviendo con los dioses y otras chocan entre sí, se parten las alas, caen a la Tierra y se quedan encerradas en un cuerpo produciéndose la vida humana.
Platón establece una división tripartita del alma que expresa quizás los conflictos que el hombre experimenta en sí mismo. A veces parece que se trata de funciones distintas de una misma alma y otras que son tres almas distintas: el alma racional, el alma irascible y el alma concupiscible.

·        Alma racional: viene representada en el mito por el conductor. Es la parte noble y elevada, su actitud principal es conocer intelectivamente, dirigir y guiar a las otras dos partes, conduce a las acciones superiores del hombre y es la que lleva al mundo de las ideas. Se localiza en el cerebro.
·        Alma irascible: representada por el caballo bueno, simboliza el valor, la fortaleza y la voluntad, es decir, todas las tendencias o inclinaciones buenas del hombre, las pasiones nobles. Localizada en el pecho o tórax.
·        Alma concupiscible: representada por el caballo malo. Simboliza los deseos o tendencias desordenadas, es decir, las pasiones sensibles descontroladas. De ella proceden todos los apetitos e instintos que arrastran al hombre hacia lo corpóreo. Situado en el estómago o abdomen.

Tanto en el Felón como en la República se insiste en la actividad purificadora que ha de realizar el alma para liberase de los material y llegar al conocimiento de lo inteligible, este proceso no es una contemplación estática sino un esfuerzo de búsqueda que trata de conseguir sabiduría y virtud.
Con respecto al destino de las almas después de la muerte, Platón es bastante complejo y lo explica con mitos. Platón afirma la teoría de la reencarnación, que el alma se reencarna de cuerpo en cuerpo. En el Felón dice que las almas que han vivido excesivamente atadas a las pasiones y goces carnales, al morir no logran separarse completamente de lo corpóreo, vagan errantes durante un tiempo hasta que se reencarnan en otro hombre o animal según haya sido la bajeza moral de su existencia anterior. Según la República, el premio o castigo después de haber vivido esta vida debe tener una duración limitada, puesto que una vida humana dura como máximo 100 años, considera que la vida ultraterrena debe durar 1000 años, transcurrido este ciclo el alma se vuelve a reencarnar.
La representación tripartita del alma nos presenta el problema de si esta es inmortal en sus tres partes; parece que la inmortalidad sólo afecta al alma racional, las otras dos desaparecen con el cuerpo.


3-1-4- Ética y Política

A/ Ética

La investigación sobre la ética que nos ofrece el pensamiento de Platón se centró en tres cuestiones fundamentales:

1.      Aclarar aquello que constituye el sumo bien en el cual radica la felicidad a la que aspiran los hombres.
2.      La naturaleza de la virtud como actividad propia del alma.
3.      Las virtudes según el contexto de la composición tripartita del hombre.

Platón fundamenta toda su ética en la realidad del mundo de las ideas, estas son los verdaderos valores morales que determinan el sentido práctico de la conducta moral. En las ideas de justicia, bondad y sobre el bien se fundamenta la medida fundamental para diferenciar lo que es bueno de lo que es malo, superando el relativismo moral de los sofistas.

  • El sumo bien: Platón excluye como sumo bien el puro placer sensible, porque es inestable e insuficiente, pero el hombre no es tampoco una inteligencia pura, es un compuesto de cuerpo y alma, por tanto, el sumo bien consistirá en una mezcla proporcionada de saber y placer, armonizada en una vida virtuosa.

  • Naturaleza de la virtud: al sumo bien, en el cual consiste la felicidad del hombre se llega por la práctica de la virtud. Platón concibe la virtud como una actividad propia del alma. Los distintos criterios que utiliza para determinar la naturaleza de la virtud, considera:
    • La virtud como armonía, la conducta humana virtuosa debe buscar esta armonía. Tanto la armonía individual como la social son una imitación de la armonía cósmica, regida por la ley de la razón.
    • La virtud como salud del alma; del mismo modo que las virtudes del cuerpo son salud, fuerza y belleza, así las del alma deben proporcionar salud, fortaleza y belleza en la vida humana.
    • La virtud como purificación; para Plantón el alma no pertenece a este mundo, la Tierra es un lugar de tránsito, por tanto, la función de la virtud consiste en reprimir las pasiones interiores y en purificar para ir desprendiendo el alma del cuerpo preparándola para el retorno al mundo de las Ideas.

  • Clasificación de las virtudes; Platón las clasifica de acuerdo con el concepto de la composición tripartita del hombre, constituido por un cuerpo material y tres almas, en este sentido las virtudes son las siguientes:

    • Alma racional …………………………. Prudencia o sabiduría
    • Alma irracional ……………………….. Fortaleza o valor
    • Alma concupiscible …………………… Templanza

  1. La Justicia: es una virtud que comprende todas las demás, tanto en el orden individual como en el social, tiene por objeto poner en orden y armonía al conjunto asignando a cada parte la función que le corresponde dentro de la realidad.
  2. Prudencia o sabiduría: es la virtud propia del alma racional, le corresponde poner orden en los pensamientos disponiendo el alma para huir del mundo de la apariencias y preparándola para llegar al mundo de las realidades superiores.
  3. Fortaleza o valor: a esta le corresponde regular las acciones del alma en las pasiones nobles y generosas, haciendo que el hombre se sobreponga a sufrimiento y al dolor por cumplir el deber.
  4. Templanza: implica serenidad, armonía, dominio de sí mismo. A ella le corresponde regular los actos del alma concupiscible poniendo orden, armonía y moderación en las actividades propias de la parte inferior del hombre.


B/ Política

Platón le concede una gran importancia a la política, prueba de ello son, no sólo los diálogos que le dedica “La República”, “Las Leyes” y “El Político”, sino que realizó numerosos esfuerzos prácticos por llevar a cabo el ideal político que tenía en mente.
El verdadero arte de la política es el que se cuida del alma y la convierte en lo más virtuosa posible, por eso es el arte del filósofo. Así, afirmará en la “República” que la verdadera filosofía coincide con la verdadera política sólo si el político se convierte en filósofo o si este se convierte en político, es decir, el estado auténticamente fundado sobre el supremo valor de la justicia y del bien.
No se puede perder de vista que las concepciones políticas de Platón deben entenderse dentro de su sentido histórico y, en particular dentro del modo de pensar griego que considera la filosofía como un conocimiento integral que da razón de todas las cosas, que ve una coincidencia entre individuo y ciudadano y que mantiene que la ciudad-estado es el horizonte de todos los valores morales y la única forma posible de sociedad. Sólo desde estos presupuestos se puede comprender la estructura de la “República” y el ideal de ciudad-estado que en ella se describe.

Para conocer mejor la teoría política de Platón se puede identificar tres aspectos fundamentales: la constitución de la ciudad, la educación y la justicia.
Los griegos conciben al hombre como un animal social, por ello consideran necesario que en la ciudad haya diferenciaciones en el trabajo. Según Platón deben existir tres estamentos fundamentales:

o       Los campesinos, artesanos y comerciantes. Su función es satisfacer las necesidades materiales de todos los ciudadanos. En ellos predomina el alma concupiscible y son buenos cuando prevalece la templanza. Pueden tener bienes económicos y familia propia.
o       Los guardianes o guerreros, que tiene como función la defensa de la ciudad. En ella predomina el alma irascible y su virtud debe ser la fortaleza, el valor, han de ser fieles, robustos, sobrios y hasta un poco filósofos. Han de vigilar los peligros del exterior y del interior y hay que darles una educación especial porque de ellos salen los destinados a gobernar.
o       Los gobernantes. Su función es legislar y velar por el cumplimiento de las leyes, organizar la educación y administrar la ciudad. En ellos predomina el alma racional y su virtud es la sabiduría y la prudencia. Han de conocer la dialéctica, por ello los gobernantes han de ser filósofos. Tanto los guardianes como los gobernantes no tiene ni propiedad privada, ni familia propia.


Platón sistematizó en su “República” la diversidad de regímenes políticos conocidos en su tiempo que van degenerando desde los superiores hasta los inferiores. Son los siguientes:

1.      Monarquía o Aristocracia
Es la forma ideal y perfecta de gobierno, el gobierno de los mejores, de los filósofos. El mando es ejercido por uno o varios hombres que gobiernan con sabiduría y prudencia, prevalece el alma racional y hay justicia, armonía y equilibrio. Para Platón es la única forma válida de gobierno porque son los filósofos y la justicia los que gobiernan el Estado hacia el bien común.

2.      Timocracia o Timarquía
Es una forma degenerativa del gobierno anterior. La clase militar se hace con el poder y las riquezas y oprime a las clases inferiores. Estos gobernantes son hombres ambiciosos que anteponen el bien y el honor personal al bien de la comunidad. Aunque es injusto no es del todo malo.

3.      La Oligarquía
Es una forma degenerada de la anterior. La ambición creciente de riqueza hace que esta se concentre en manos de una pequeña minoría, esto produce la división de la ciudad en dos clases antagónicas, la oligarquía que es un grupo reducido que tiene dinero y posesiones y una multitud de empobrecidos. Es una forma de gobierno injusta porque se imponen al pueblo que los odia y espera una ocasión para expulsarlos del poder mediante el temor.

4.      La Democracia
Consecuencia de la anterior. El pueblo se apodera del poder y la libertad pronto se convierte en libertinaje y anarquía. Todos se consideran capaces de gobernar y como los cargos se eligen popularmente suelen acceder a ellos los menos preparados, los demagogos.

5.      La Tiranía
Ante los excesos de libertad y la situación de anarquía algún demagogo favorito del pueblo y capaz de poner orden se hace con el poder, entonces se constituye en tirano suprimiendo por completo la libertad. Este es el reino más completo de la injusticia, donde impera el desorden, el grado más bajo donde puede llegar la degradación social de las formas de gobierno.

LA AUTOEXPERIENCIA MORAL EN SÓCRATES




2- LA AUTOEXPERIENCIA MORAL EN SÓCRATES

2-1- Los sofistas

Desde la segunda mitad del siglo V a. C. hasta finales del IV Grecia vive su época de esplendor denominada “edad clásica griega”. Atenas es el centro de la cultura, se consolida la formación de la Democracia con las reformas de Pericles, la cultura y el saber se hacen más populares y en esta etapa los expertos del saber, es decir, los sofistas, resultan más útiles a una nueva clase poderosa que aspira a gobernar.
Con los sofistas se inicia el desplazamiento del eje de la búsqueda filosófica desde el cosmos hasta el hombre y hasta lo que conviene a la vida del hombre como miembro de una sociedad, se comprende entonces que los temas dominantes de los sofistas fuesen la antropología, la política, la ética, la dialéctica, el arte, la gramática,… Con ellos se inicia el período humanista de la filosofía antigua, un nuevo modo de ver la vida.
Este giro antropológico está motivado por dos tipos de cuestiones fundamentales, una es el escepticismo ante las soluciones sobre la naturaleza y otra los nuevos fenómenos sociales, culturales, políticos y económicos que se dieron en Grecia en esta época y que favorecieron la actitud de estos expertos del saber.
Los jóvenes salidos de esta nueva realidad social aspiran a olvidar su origen humilde y luchan por alcanzar cargos públicos, por esto buscan a los sofistas, para recibir sus enseñanzas sobre política y retórica. Los sofistas son maestros en el arte se enseñar, sus técnicas para disertar en público son imprescindibles para dar a los futuros gobernantes el protagonismo y el poder al que aspiran.

El movimiento de los sofistas ha sido a veces infravalorado considerándolo como un momento de decadencia del pensamiento griego. Esto tal vez se debía a los juicios que sobre ellos nos dejaron Platón y Aristóteles quienes criticaron el saber de los sofistas por su relativismo escéptico, su individualismo utilitarista, su saber aparente y poco efectivo y la peligrosidad de sus ideas morales.

Hoy en día se han superado estos prejuicios y se ha revalorizado el papel de los sofistas de forma que se les considera un fenómeno tan necesario como Sócrates o Platón.
La situación histórica de Grecia y concretamente de Atenas en la época de la aparición de los sofistas fue una lenta y progresiva crisis de la aristocracia al mismo tiempo que aumentaba el poder del pueblo el ideal aristocrático cae y se impone la democratización política en la que participan todos los ciudadanos. La afluencia cada vez más numerosa de extranjeros a las ciudades junto con el crecimiento del comercio, que ponía en contacto con un mundo más amplio, provocaban el inevitable enfrentamiento entre las costumbres, leyes y usos más o menos diferentes de unos y otros, todos estos factores influyeron notablemente en que surgieran los sofistas.

La ruptura de lo que era la Polys y el conocimiento de costumbres, leyes y normas opuestos a los de siempre fueron las bases necesarias para el relativismo; es decir, la idea de que todo es relativo, de que nada es seguro y eterno, por esto también surge el escepticismo de que no podemos conocer nada con certeza y el individualismo. “las cosas son como a cada uno le parecen” o “el hombre es la medida de todas las cosas”.
Los sofistas supieron captar a la perfección las demandas de la época en la que les tocó vivir y su éxito se debió a que respondieron a las necesidades del momento. ¿Qué doctrinas ofrecieron los sofistas en esta situación histórica? Con esta pregunta pretendemos conocer mejor qué hubo de positivo y negativo en las alternativas que los sofistas ofrecieron a sus conciudadanos.

Es verdad que los sofistas además de buscar el saber, acudieron a cuestiones prácticas y para ellos resultaba esencial conseguir alumnos, pero también es verdad que la finalidad práctica de sus doctrinas tenía un aspecto positivo, gracias a ellos el problema educativo pasa a un primer plano y se transforman en divulgadores de la idea de que el conocimiento y la virtud no dependen de la nobleza de la sangre y del conocimiento sino de que se basa en el aprendizaje.
Los sofistas exigían una compensación a cambio de sus enseñanzas. Esto escandalizaba enormemente a los antiguos porque con ello rompían el esquema social que limitaba la cultura a la aristocracia, pero con ello ofrecían la posibilidad al resto de las clases sociales.
Se les reprochaba su carácter errante y el no respetar el apego antiguo a la propia ciudad, los sofistas se consideraban ciudadanos de toda Grecia.

Los sofistas manifestaron una notable libertad de espíritu con respecto a la tradición y a las normas y una confianza ilimitada en las posibilidades de la razón, por este motivo fueron llamados los “ilustrados griegos”.
No formaban un bloque compacto de pensadores sino que representaban un conjunto de afanes independientes destinados a satisfacer idénticas necesidades utilizando métodos parecidos. Aún así se pueden distinguir tres grupos de sofistas:

·        Los grandes y célebres maestros de la primera generación que no carecían de criterios morales y a los que el mismo Platón consideraba dignos de respeto.
·        Los eristas, que utilizaban el arte de vencer en los discursos sin considerar la verdad o la falsedad de sus afirmaciones.
·        Los sofistas políticos que utilizaban sus ideas con finalidades políticas y que cayeron en excesos llegando incluso a teorizar el inmoralismo.



2-2- SÓCRATES

Nace en Atenas en el 470-469 a.C. y murió condenado a muerte en el 399 a. C. Su juventud coincidió con el esplendor de Atenas aunque también fue testigo de la decadencia y ruina de su ciudad. Participó activamente en la vida política de esta. En su juventud estuvo en contacto con la filosofía de algunas escuelas naturalistas anteriores pero las rechazó porque se contradecían. Posteriormente estuvo en contacto con algunos sofistas pero se reveló contra ellos por el modo de enseñar y por el saber filosófico que ofrecían en sus doctrinas, considerándolos causantes de la decadencia de Atenas, en este sentido critica el individualismo y el relativismo de los sofistas más representativos como Pitágoras o Gorgias. Sócrates considera frívolas y vacías sus enseñanzas porque llevaban a la irracionalidad y a las actitudes utilitarias que disminuían el respeto a la ley de la Polys.

Sócrates centró definitivamente su interés en la problemática del hombre. Se pregunta cual es su naturaleza y su realidad última, su esencia. Desde esta posición consagrará su vida a la formación moral de la juventud y a enseñar cual es la misión de la filosofía, ésta debe procurar la virtud dejando a un lado los intereses personales y la búsqueda de riquezas que tanto interesaba a los sofistas; más que hacer filosofía Sócrates estaba preocupado por enseñar filosofía.

En este sentido, para comprender que es la autoexperiencia moral en Sócrates hayque tener en cuenta que para Sócrates el hombre es su alma puesto que esta lo distingue de cualquier cosa. Sócrates entiende por alma la razón y la sede de la actividad pensante y ética: el alma es el “yo” pensante; es decir, la conciencia y la personalidad tanto intelectual como moral, por esto enseñar a los hombres el cuidado de su propia alma es la tarea suprema del educador. Sócrates invita a conocer el alma cuando afirma “conócete a ti mismo”. Sócrates llevó esta doctrina hasta un punto de conciencia y reflexión crítica de los que podemos deducir las siguientes consecuencias:

1.      Reflexión del hombre sobre sí mismo

Sócrates invita al hombre a reflexionar sobre sí mismo porque esto le llevará a conocer sus propios límites y a hacerle justo y virtuoso.
La primera condición de este examen es el reconocimiento de la propia ignorancia “sólo se que no se nada”, principio fundamental de la sabiduría “sólo quien sabe que no sabe procura saber”, mientras quien se cree en poder de un saber ficticio no es capaz de investigar y permanece irremediablemente alejado de la verdad y de la virtud. Esta afirmación es la antítesis de los sofistas que hacían “profesión de sabiduría” queriéndole enseñar a los demás, Sócrates, por el contrario hizo “profesión de ignorancia”. Según él, el saber sofista es un no saber privado de verdad que sólo da presunción y que impide asumir la actitud sumisa de la investigación interior, única digna para el hombre.
La segunda condición de la invitación de Sócrates a reflexionar sobre sí mismo no es pura introversión en el propio “yo” sino una curiosidad insaciable, una ansia del verdadero saber y de la mejor manera de vivir. Por el conocimiento de sí mismo se llega a conocer el verdadero bien del cual se derivan las normas universales válidas para nuestra conducta. Por tanto, el autoconocimiento socrático no es más que buscar dentro del hombre, de su alma, la fuente de la verdad y de la conducta moral.

2.      Conocimiento y virtud

La tarea fundamental del hombre es conocer su propia naturaleza humana, su alma, esto le lleva al conocimiento verdadero y a la recta conducta moral, a la virtud.
En Sócrates el conocimiento está tan unido al bien y a la virtud que se identifican. La reflexión interior implica dos consideraciones:

·        La virtud (todas y cada una de ellas: sabiduría, justicia, fortaleza,…) son conocimiento, el vicio es ignorancia.
·        Nadie peca voluntariamente. Quien hace el mal lo hace por ignorancia del bien.

Estas dos afirmaciones resumen lo que ha sido denominado intelectualismo socrático o intelectualismo moral que reduce el bien moral al conocimiento considerando como algo imposible conocer el bien y no hacerlo.
Por un lado Sócrates trata de someter la vida humana y los valores morales al dominio de la razón que es la que conoce. Por otro lado afirma que el hombre por su propia naturaleza busca su propio bien, su felicidad y cuando hace el mal es porque espera obtener un bien. Esto supone que nadie hace el mal a sabiendas porque la voluntad no puede querer el mal como tal.
Sócrates trasládale determinismo intelectual al campo moral convirtiéndolo en determinismo voluntarista: el bien, que es lo útil para el individuo y para la ciudad, obra de tal forma sobre la razón del que lo conoce que una vez conocido influye sobre la voluntad que no puede hacer otra cosa que quererlo y buscarlo.
De esta manera, conocimiento, virtud y felicidad son inseparables (saber para obrar bien y obrar bien para ser feliz).


3.     Autodominio y felicidad

La manifestación más significativa de la razón humana es lo que Sócrates denominó “autodominio”, que reside en el dominio de uno mismo durante los estados de dolor, placer y cansancio. Cuando uno está sometido a la presión de las pasiones y de los impulsos.
Sócrates identificó la libertad humana con este dominio racional de la animalidad. El hombre verdaderamente libre es aquel que sabe dominar sus instintos, que tiene suficiente con la razón para ser feliz. La felicidad no puede venir de la cosas externas ni del cuerpo sino del alma porque esta es la esencia del hombre.
El alma es feliz cuando está ordenada, es decir, cuando es virtuosa. Con esto se constata la dimensión ético-práctica que transmite el pensamiento socrático, la felicidad sólo puede encontrarla el hombre con una recta conducta moral. Consecuente con su pensamiento, Sócrates permaneció fiel a su conciencia moral hasta su muerte.


4.     ¿Qué camino siguió Sócrates para llevar al hombre al encuentro consigo mismo?

El método socrático adquiere la forma de diálogo a través de una serie ed preguntas y respuestas en lasque el interlocutor se ve obligado a plantearse la reflexión interior.
El medio para promover en los demás el reconocimiento de la propia ignorancia será la ironía, con ella ayuda a descubrir al hombre su ignorancia llevándolo a la duda y a la inquietud que le obliga a investigar. Después le hace descubrir poco a poco la verdad que está en el alma de cada persona. Aunque ignore poseerla, la saca a la luz. El procedimiento utilizado es la “mayéutica” que significa “el arte de ayudar a sacar a la luz”. La investigación para Sócrates no puede quedarse en la individualidad sino que sólo puede ser fruto de un diálogo continuo con los demás y consigo mismo.