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viernes, 4 de febrero de 2011

BREVE HISTORIA DE AL-ANDALUS (2ª PARTE)




REINOS DE TAIFAS (1031-1086)

Como consecuencia de la desmembración del Califato de Córdoba aparecen en Al-Andalus una serie de reinos independientes al frente de cada uno de los cuales se establecieron gobernadores autónomos que pretendieron emular el esplendor de Córdoba. Los hábitos secesionistas y rebeldes surgieron de nuevo con gran fuerza; la división y la descomposición se impusieron en Al-Andalus. Todas las grandes familias árabes, bereberes y muladíes, quisieron hacerse con las riendas del país o, al menos, de su ciudad, surgiendo por todas partes reyes de taifas, que se erigieron en dueños y señores de las principales plazas. Las luchas internas entre estos reinos y el mal gobierno los fueron debilitando paulatinamente. Ante ello, el enemigo cristiano se creció, organizándose como nunca antes lo hiciera para combatir a los musulmanes. La primera gran victoria sobre el Islam peninsular la protagonizó Alfonso VI cuando, en 1085, se hizo con la importante ciudad de Toledo.
El número de las taifas osciló a lo largo del siglo, siendo las principales las siguientes: Algeciras, Almería, Badajoz, Carmona, Córdoba, Huelva, Málaga, Morón, Murcia, Ronda, Toledo, Tortosa, Valencia, Zaragoza, Granada y Sevilla. Estas dos últimas pueden considerarse como las más poderosas, especialmente la de Sevilla, con el rey poeta Al-Mutamid (1039-1095). Precisamente fue éste quien, ante el empuje cristiano, solicitó el socorro de los almorávides en 1085.
EL GOBIERNO ALMORÁVIDE (1086-1147)
Encabezados por Ibn Tashfin, los almorávides penetraron en la península en el año 1086, infligiendo una seria derrota a las tropas de Alfonso VI en Sagrajas. En 1091 se hacen con Sevilla y desbaratan la amenaza castellana.  Pronto conseguirían acabar con los reyes de taifas y gobernar tanto Al-Andalus como Marruecos, que formaron un espacio político unido siendo múltiples las influencias y relaciones entre las dos orillas del Estrecho. Pese a cierta oposición inicial de la población, que se rebelaba contra el nuevo talante puritano y su rigidez, este hecho supuso un incremento del bienestar social y económico.
Más adelante los cristianos obtuvieron importantes avances, conquistando Alfonso I de Aragón Zaragoza en 1118. La cada vez más creciente debilidad del gobierno almorávide generó un segundo período de reinos de taifas. También veían amenazada su supremacía por un nuevo movimiento religioso surgido en el Magreb: el almohade. 

LOS ALMOHADES (1147-1232)

Hacia 1125 los almohades se levantaron en armas y reprocharon a los almorávides haber resignado los principios islámicos y ser negligentes en la lucha contra los reyes cristianos en Al-Andalus, lo que había provocado la pérdida de importantes ciudades como Zaragoza, Tudela, Lérida, Tortosa, Cuenca, Albarracín y muchas otras. La lucha se prolongó durante 20 años, hasta que en  1147 fue derrotado y muerto el último sultán almorávide.
Gobernaron también desde Marrakech y se hicieron con las riendas de Al-Andalus, dotándolo de cierta estabilidad y prosperidad económica y cultural. Fueron grandes constructores (la Giralda de Sevilla, por ejemplo) y se rodearon de los mejores literatos y científicos de la época, como el filósofo Averroes. Sin embargo, al igual que los almorávides, terminaron por sucumbir ante la dejadez espiritual y el relajamiento de las costumbres. Su talón de Aquiles siguió siendo el empuje desde el norte de los ejércitos cristianos. En este contexto histórico hay que situar la figura legendaria de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid (del árabe “Sidi”, señor), que vivió entre 1043 y 1099, aunque su realidad está lejana al mito creado con posterioridad.
El 16 de julio de 1212 los almohades sufrieron la primera gran derrota en las Navas de Tolosa (cerca de Jaén) y Al-Andalus se quebró en las llamadas “terceras taifas”, que fueron conquistadas por los cristianos una a una: Córdoba en 1236, Valencia en 1238, Sevilla en 1248. Poco después se retiraron de la Península Ibérica y fueron cediendo paulatinamente terreno en el norte africano, hasta perderlo definitivamente en 1269.

EL REINO DE GRANADA (1232-1492)

Cuando el avance cristiano parecía imparable, haciéndose Fernando III con una gran parte de las ciudades andalusíes en el siglo XIII, surgió en Jaén una nueva dinastía, la nasri o nazarí, fundada por Al-Ahmar ibn Nasr, el célebre Abenamar del romancero. Asentado en la ciudad de Granada, su reino abarcaba las actuales provincias de Granada, Almería, Málaga y parte de Jaén y Murcia. La capital granadina se convirtió desde entonces en la gran metrópoli de su tiempo, acogiendo a gentes de todos los confines, y en la que se levantaron suntuosos palacios -la Alhambra, junto con el Generalife, nada menos-, mezquitas y baños públicos.
Desde el principio este reino tuvo presiones tanto por el norte, de los reinos cristianos, como por el sur, de los sultanes meriníes de Marruecos. Si a esto añadimos las luchas internas podemos decir que fue un reino inestable.
La situación interior del sultanato de Granada se hizo precaria a partir del 9 de noviembre de 1417, fecha de la muerte de Yusuf III. Una familia árabe, los Banu Sarray, que en la leyenda iba a ser famosa bajo el nombre de Abencerrajes, comenzó a desempeñar un papel primordial en la vida política del reino nasrí. La guerra civil que suscitó a partir del 1419 iba a desangrar y finalmente a arruinar el sultanato, con larga series de conspiraciones, intrigas y asesinatos. A ello se unían las escaramuzas con los castellano-aragoneses que acechaban sus fronteras
El 2 de enero de 1492 el rey Boabdil capituló ante los Reyes Católicos, entregándoles las llaves de la ciudad de Granada, último reducto árabe en la península.
Lo que sigue a continuación tiene todos los tintes de un drama: si bien las condiciones de capitulación eran generosas por parte de los vencedores, poco tardaron en ser ignoradas, comenzándose una persecución sin tregua de los moriscos que quedaron bajo dominio cristiano, hasta que tuvieron lugar las últimas expulsiones masivas de 1610.



                                                                                    Fuente: "I.E.S. Boabdil" Lucena (Córdoba)

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